A ver, concejal de Turismo. ¿Cómo es posible que Zamora no esté llena de pokémones go para que la gente venga a visitarla? Póngase inmediatamente en contacto con Nintendo para que no haya ni una iglesia románica que no haya convertido cada canecillo o modillón en una pokeparada con huevos de pokemonitos para criar. Y culmine el cimborrio de la catedral con pokémones de gran valor que desplacen a las cigüeñas que se apoderan cada atardecer de techumbres y torres de nuestros templos, que nadie viene a visitar.

¡Ay! Cuánto mejor nos vendría ser la ciudad de los pokémones virtuales que la ciudad de las cigüeñas de la realidad. Si ya lo decía Claudio Rodríguez, al cantar a la ciudad del alma, de naturaleza tan virtual como los pokémones, cuando se refería a la de las piedras.

Diputado de Turismo y presidente del Patronato. Deje usted de cambiar los estatutos con poder absoluto para que solo los diputados puedan votar sus políticas turísticas, y cambie a los representantes del Consejo Rector por pokémones que se puedan cazar, para que entre la gente de la calle a la Diputación y se democratice.

O al menos, cree una línea de subvenciones para que ni el pueblo más lejano se quede sin su pokémon rural, acentuándose el aislamiento real de falta de carreteras, señal de televisión TDT o de conexión a Internet con fibra óptica, con el aislamiento virtual. Si un solo pueblo de Zamora se queda sin su pokémon uniéndose el olvido real al virtual, no habrá esperanza virtual ni real para nosotros.

Consejero de la Junta, ante la súbita aparición en nuestros parques naturales de especies invasivas como los pokémones, y puesto que se ponen en peligro la fauna autóctona y las actividades furtivas de nuestros habitantes, tan dados ellos a la caza y a la pesca de todo bicho viviente, reúna a las comisiones y consejos que sean pertinentes para consultar y elaborar una normativa que proteja en su caso o permita la caza de según qué especies de cuantos pokémones aparezcan en nuestra Comunidad, al objeto de regular este fenómeno que puede derivar en un medio innovador (otro más) de desarrollo rural, o bien acabar definitivamente con las especies que han poblado históricamente este territorio. Absténganse de asesorarse por ecologistas en caso de que la caza o pesca de pokémones sea una actividad económica rentable.

Como presidente en funciones de esta nación que soy, y como candidato más votado en las últimas elecciones, voy a iniciar contactos con los líderes de otros partidos de perdedores con el fin de proponerles que, ante el fracaso de las negociaciones y conversaciones para formar un gobierno estable, se sustituya la ronda de conversaciones con el rey (real o virtual) por la captura de pokémones y la consiguiente lucha entre ellos, de manera que el ganador sea el nuevo presidente. Advierto que hay que tener cuidado con los partidos emergentes que son duchos en asuntos virtuales como las redes sociales, más que en la realidad del dinero contante y sonante, como les sucede a los compañeros independentistas pero sensatos. En definitiva, mejor capturar un pokémon catalá que un pokémon podemos.

Y hablando de Iglesias y con ella topando, lleguemos de paso a un acuerdo para utilizar el "incienso" que atrae a los pokémones, pagando religiosamente por este con pokemonedas.

De esta manera, con el nuevo juego virtual, se pueden resolver los problemas políticos enquistados. Algo que ya descubrieron los romanos con el pan y circo, y los ingleses con el fútbol, convertido en un elemento importante de la identidad nacional.

Tranquilos todos, que solo es un juego.

Pero por si acaso, vayamos diseñando un pokémon Viriato y una pokémona Urraca si queremos tener un lugar en ese mundo virtual, donde no podemos permitirnos estar tan aislados como en el real ¡A ver si los turistas go Zamora!