Somos los primeros o de los primeros en casi todo, ya sean líneas ferroviarias de alta velocidad, kilómetros de autopista y autovía, número de comunidades autónomas, número de políticos y gente que vive de la política, y más. Pero resulta que también estamos entre los cinco países que están registrando mayor despoblación en la Unión Europea, sobre todo en las zonas rurales. Y dentro del país, hay siete regiones que acusan una constante pérdida de población. Y dentro de ellas, a la cabeza Castilla y León, que a su vez mantiene como primera causante de la sangría poblacional a Zamora.

Ni siquiera es ya cosa de estadística, con cifras que no ya cada año sino cada mes, cada día, van incrementándose. No solo en el territorio zamorano y el castellanoleones en general sino en todas las partes, salvo las zonas más industrializadas, que son las que menos duramente han sido afectadas por la crisis. Los jóvenes y no tan jóvenes se van donde encuentran oportunidades y trabajo. Es la historia de siempre que se repite durante siglos. Ahora, en verano, en julio y agosto regresan, de vacaciones y a ver y estar entre los suyos, y los pequeños pueblos parece que cobran vitalidad y bullicio, pero luego llega septiembre y todo se vuelve de nuevo soledad y silencio.

Según los últimos datos oficiales, siete de cada diez españoles vive en zonas urbanas, en ciudades o sus zonas periféricas. Y la población activa del sector agrario apenas si rebasa los tres millones de trabajadores en el campo, lo que aporta un 2,5 del PIB, menos que nunca. Pero en el campo no hay empleo, y los servicios son precarios, como si todo abocase a sus habitantes a tener que hacer las maletas y marcharse. Ni siquiera Internet, una posibilidad para emprendedores, llega en condiciones o no llega a todos los rincones de España y en Zamora hay muestras de ello, por lo que ahora la Junta anuncia el establecimiento de conexiones a través de satélite.

Las autoridades contemplan el problema, tan grave, y hacen observatorios y anuncian medidas que casi siempre quedan en meros titulares para los medios. Así la Junta de Castilla y León, que hace ya seis años presentaba una agenda contra la despoblación para la década 2010-2020 con 72 medidas, de las cuales apenas se han cumplido una docena, según denunció el PSOE en el debate sobre el estado de la región, calificando de endémica y urgente la situación. Y en las Cortes de Valladolid, los procuradores socialistas por Zamora han puesto de relieve el fracaso demográfico y la fase irreversible de despoblación que vive la provincia, pero todo sigue igual y así seguirá.

Aunque despilfarran el dinero público, quienes gobiernan, sea donde sea, no gustan de invertir en los pueblos ni en las pequeñas ciudades sin rentabilidad política y con el voto seguro en muchos casos, como Castilla y León. Pero el hecho es que no hay industrias, ni trabajo, ni buenos servicios, ni posibilidades de desarrollo alguno, y así, en esas condiciones hasta los inmigrantes llegados hace unos años se van. Lo demás son gestos y políticas erráticas que para nada sirven.