Desde que el mercurio se ha puesto por encima de los treinta grados, en Zamora capital se detectan, dependiendo de la calle de que se trate, olores inequívocos a orina que no es precisamente de los perros. Hay zonas del centro y de la periferia que invitan a ser transitadas con mascarilla. El olor es nauseabundo puesto que se agrava a causa del calor. Incluso puede verse el rastro inequívoco de la "meada" que a tenor de la salpicadura y sin necesidad de consultar a un CSI, proviene de mangueras masculinas y no precisamente infantiles. Encima la ciudad no se riega como corresponde a la temperatura canicular y esto se agrava por días.

Hay que acabar como sea con meones y meadas. Para ello propongo al Consistorio la compra, por toneladas, del producto llamado CK-Splash Back. Quédese con el nombre. Este producto que ya ha sido utilizado con éxito en ciudades como Hernani, Miranda de Ebro, San Sebastián, Santander y Vitoria, es junto a la ganadería de Fuente Ymbro con la que se abrieron los Sanfermines o las de Miura, Cebada Gago, Jandilla y Pedraza de Yeltes, la gran novedad de esta fiesta universal. Se trata de un repelente de la orina que el Ayuntamiento de pamplona está aplicando para evitar los olores y la suciedad en ciertos rincones de la ciudad.

Y funciona. Origina un efecto rebote en la fachada donde orine el individuo provocando una mancha en sus pantalones y calzado. Una forma estupenda de señalar al guarrillo de turno. No puede ser que haya tanta gente con incontinencia urinaria como para que Zamora apeste de la forma que lo hace en algunas calles. No sé en la periferia, pero en el centro es horroroso. Lo que más joroba es que los meones, que siempre lo hacen contra la pared o contra las ruedas de un coche, elijan muros de nuestro más emblemático románico.

A ver también si se da con el repelente adecuado destinado a los pintamonas que nos tienen embadurnada la ciudad y que no respetan a nadie. Pedir mano dura es absurdo porque mientras no orinen o no pinten en la fachada donde viven los mandamases municipales, el resto de vecinos les importamos un bledo. Y eso es así, no de ahora, sino de siempre o casi siempre. Ha habido etapas que han tenido o más vigilancia o menos pintamonas e incontinentes, posiblemente también más multas, logrando evitar lo que ahora está muy extendido.

El producto en cuestión que aconsejo adquirir al Ayuntamiento necesita una temperatura superior a los 10 grados para funcionar. Ese detalle no supone ningún inconveniente con las temperaturas que está registrando Zamora. En Pamplona multan a los meones, pero es que en Zamora los dejan explayarse hasta convertir la ciudad en un urinario público.