Cuando en los sindicatos de clase surgió el debate sobre el cambio de denominación de los que viven de su trabajo, pasando de "obreros", de clara connotación industrial, a "trabajadores", para abarcar a todos los sectores de la economía. Y cuando, posteriormente, se empezó a diferenciar entre estos y los "empleados" para referirse a los sectores de servicios y administración, en Izquierda Unida de Zamora decidimos hacer una pancarta para el Primero de Mayo reivindicando a la clase obrera y diciendo que estamos con ella.

Esa pancarta ha acompañado a los proletarios, obreros, trabajadores y empleados de Zamora en todos los primeros de mayo desde hace años, para demostrar que formamos parte de la misma clase obrera, aunque se haya intentado dividirnos con distintos nombres en función del tipo de trabajo desempeñado.

Cuento esto porque en el último pleno del Ayuntamiento de Zamora, tuvimos la oportunidad de demostrar que el compromiso de la izquierda con la clase obrera no era solo de pancarta, sino de hechos.

Y ante las apocalípticas amenazas de ilegalidades manifiestas y de responsabilidades penales; ante las graves acusaciones de incompetencia demostrada, de intereses oscuros, de maniobras planificadas, de fraudes, manipulaciones y mentiras? desde la izquierda apoyamos algo tan sencillo como que se pague a los trabajadores por el trabajo que hacen.

Intentaron hacer un escándalo porque se aumentaba el precio del contrato de la empresa Zamora Limpia pese a estar caducado hace años y, desde el punto de vista formal, no existir. Pero la realidad demuestra que los trabajadores existen porque siguen barriendo nuestras calles y recogiendo la basura todos los días.

Dijeron que nos inventábamos ampliaciones de calles nuevas desde el año 2009, cuya existencia ha constatado la policía, con el fin de aumentar el pago a la empresa, modificando fraudulentamente el contrato inicial. Y ello pese a que hace unos años se redujo el dinero del contrato para ajustar la economía municipal obligada por el plan de ajuste y los derroches de gobernantes anteriores.

¿Acaso desaparecieron calles de la ciudad hace tres años? ¡No! Lo que desaparecieron fueron algunos derechos laborales, algunos puestos de trabajo, que con el acuerdo del pleno podrán recuperarse en parte, solo en parte. Seguiremos colaborando en lo que podamos para que haya más y mejor trabajo. Es nuestro compromiso con la clase obrera.

No es un gran avance, sino un parche, como reconocieron los trabajadores y el que hoy es su alcalde. Un parche que permitirá aumentar alguna jornada para que los zamoranos tengan mejor servicio de limpieza hasta que se resuelva administrativamente de manera definitiva.

Algunos concejales dijeron que esperaran hasta la solución definitiva. Pero, ¿acaso no han esperado demasiado ya?

Dicen algunos comentaristas que el equipo de Gobierno se quedó solo en la decisión tomada. Se equivocan: la izquierda, unida, estuvo con la clase obrera. Con los trabajadores que ejemplarmente y en silencio llenaron el salón de plenos para mirar a los ojos de quienes somos sus representantes políticos, pidiendo que estuviéramos con ellos.

Los representantes de la izquierda nos mantuvimos fieles a la pancarta, con la clase obrera, después de haber realizado un trabajo previo que nos permitía poder legalmente pagar a los trabajadores por el trabajo que hacen en la realidad, con la colaboración y las garantías de los funcionarios, que también son trabajadores.

Algunos concejales cambiaron su voto inicial en contra por un voto a favor del trabajo. Otros mantuvieron que era más importante la presunta legalidad que la realidad del trabajo diario?

Y los más cobardes políticamente, hicieron mutis por el foro.