Toda la razón y nada más que la razón. Y se la doy con todas las de la ley a la amable señora que el otro día me detuvo en la calle para contarme lo que muchos zamoranos venimos padeciendo inmisericordemente sin que nadie dé respuesta a nuestra zozobra. Los peatones zamoranos vivimos en la confusión. Nuestro amado y nunca bien ponderado Ayuntamiento debió aprobar en su día una norma específica de circulación sobre las bicicletas en sus ordenanzas. Normas que, por cierto, van en contra de lo establecido en la ley.

Permitir la circulación de bicicletas por la acera está provocando la aparición de sentencias judiciales que anulan dicha normativa. Habrá que arrancarse judicialmente en Zamora para evitar lo que puede pasar no tardando mucho. Porque no todos los usuarios de bicicletas que van tal que peatones de dos ruedas, es decir, con ventaja, lo hacen correctamente, como a buen seguro debe mandar la norma. La mayoría parecen "Mad Max, salvajes de autopista", sólo que urbanos. Y no se puede poner a un policía municipal detrás de cada una de esas personas que van buscando el atropello hasta que lo consigan.

A lo mejor yo puedo esquivar la bici, pero no sé si un crío podrá hacerlo o una persona mayor y además relativamente impedida. La amable señora que me comunicó su miedo pide y con ella cientos de vecinos más, la urgente intervención del Ayuntamiento. Que acaben con una norma absurda que colisiona, y nunca mejor dicho, frontalmente con los nulos derechos de los peatones. A no ser que nos empujen a invadir la calzada y que esto sea el caos. Porque en la acera nos lo llevan poniendo bastante difícil desde hace algún tiempo.

Apelo a la sensibilidad tantas veces demostrada por mi querida Policía Municipal. Apelo a la sensibilidad del señor alcalde y del señor concejal, apelo a todo lo apelable para que acaben con el problema. Espero que me hagan caso y no solo a quien esto escribe, si no a todas las personas, se cuentan por miles, que se han visto en serios aprietos en la acera a causa de una bici con prisas y sin pausas. Los ciclistas no siempre van a poder driblar al peatón de turno. Alguna vez se van a ir al suelo. Y ya sabemos quién será el más perjudicado.

El Ayuntamiento no puede respaldar problema alguno de convivencia entre peatones y ciclistas urbanos. Todos somos usuarios de la vía pública, pero desde el respeto más absoluto que nos debemos y no infringiendo las normas e incluso la ley que es taxativa en este sentido. Si cuando uno de estos ciclistas cruza de acera, estuviera delante un agente de la autoridad, lo mismo hasta se tiraba de los pelos. Esas piruetas son un peligro. Con la particularidad de que algunos llevan auriculares, está prohibido o van hablando por el móvil, que también está prohibido, con lo cual quien lleva todas las de perder es el peatón. Por favor, que acaben de una vez con los elementos de confusión que nos pueden llevar al accidente.

Mi querida señora, comparto su preocupación. Yo también me he visto bajo las ruedas de una bici. De momento he tenido suerte pero, ¿hasta cuándo?