Es hora de hacer balance internacional de la que ha sido la legislatura más breve de la democracia. Los datos y las cifras dan un resultado total de 27 salidas al extranjero por parte de sus señorías en poco más de tres meses. Se emplean a fondo en eso de conocer mundo. Como no tienen que pagarse los viajes, como si el destino es el lejano Ulan Bator, la capital de Mongolia. ¿Qué digo? Hasta la capital asiática se desplazó la vicepresidenta tercera de la Cámara, Gloria Elizo, de Podemos, a un encuentro de dos días (no sé hasta qué punto compensaba) celebrado por la Asociación Parlamentaria Asia Europa, acompañada de una letrada. Sus señorías no pierden ripio internacional.

Quedan otros 26 viajes que comenzaron a producirse un día después de la constitución de las Cortes. Que nadie crea que esos viajes se realizaron a Lisboa, París o Londres, que también. Esos viajes tuvieron como destinos, entre otros, además de Mongolia, Japón, Zambia y Nueva York. Todos ahí al lado. Los que calientan escaño en la Cámara Baja coparon las plazas. Cuatro de esos viajes, los únicos que hasta el momento han hecho públicos las Cámaras, supusieron un coste total de 102.211,16 euros. Del resto, pendientes de facturación, acabaremos enterándonos.

La afición viajera de sus señorías afecta a todas las siglas políticas. Del PP al PSOE, pasando por Podemos y Ciudadanos. Esta gente no pierde el tiempo? de viajar. El que pasan tranquilamente en el escaño es otra cosa. A ver. A Tokio viajó una delegación de siete diputados de todos los colores, encabezados por la secretaria primera del Congreso, la popular Alicia Sánchez Camacho. Dos días duró la reunión de la Red Parlamentaria Global de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Una delegación de seis diputadas presidida por la vicepresidenta primera, Micaela Navarro del PSOE participó durante cuatro días en una reunión sobre la condición jurídica y social de la Mujer de Naciones Unidas en Nueva York. Además, la socialista Micaela Navarro y la popular Rosa Romero, vicepresidenta cuarta, también viajaron a Montevideo, la capital de Uruguay para asistir durante tres días a un curso de técnica legislativa.

Qué pasa, ¿no se podía haber organizado en Cuenca o en Zamora? Es mejor hacer un gasto mayor y trasladarse ni más ni menos que a Uruguay, ¡y todo tan guay y ellas, porque han sido casi todas mujeres, tan felices! Algunas, ¡por fin han conocido mundo! Con cargo a los presupuestos del Estado, de las Cámaras o como quiera que funcione ese chollo. A mí no me extraña las bofetadas que hay para hacerse con un escaño. Yo no digo que algunas señorías no trabajen. Es lo que hacen unos pocos mientras otros viajan. Ah, que se me olvidaba, a Lusaka, capital de Zambia, viajaron cuatro diputados y dos senadores de la Asamblea de la Unión Interparlamentaria. Estuvieron allí cinco días, no se sabe bien para qué, ni qué fue lo que hicieron en ese tiempo y, sobre todo, si ha servido para algo. Esa es la cuestión. En verdad me pregunto, para lo que ha servido, ¿es necesario tanto viaje?