Toro ha sido desde siempre una ciudad con un protagonismo especial en la historia de España, que ha tenido mucho que ver con su situación geográfica, conformada por una atalaya que emerge junto al Duero y que ha protegido a sus ciudadanos desde la época prerromana. Sobre Las Barranqueras hay historiadores que sitúan la Arbocala vaccea, ciudad que se enfrentó a las huestes de Aníbal. Toro ha sido cuna de reyes, capital de provincia antes de la distribución administrativa de 1833, que prestó su nombre a uno de los hechos bélicos más importantes de España, la batalla de Toro (1 de marzo de 1476), consecuencia de la guerra civil entre castellanos, con apoyo de Portugal al bando de Juana la Beltraneja, que acabó con la consolidación en el trono de Castilla de Isabel y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos. A la Ciudad de Doña Elvira le sobra historia y arte. Es, desde luego, el sitio ideal para acoger una edición de Las Edades del Hombre. Aqva es la número 21 y se presenta como un nuevo hito histórico para el tercer núcleo de población de la provincia.

La Ciudad de las Leyes (Toro fue sede de las Cortes que aprobaron en 1505 el corpus legal que rigió en España durante cientos de años) tiene este año una oportunidad única para reivindicarse como ciudad de pasado y ciudad de futuro. La exposición de Las Edades del Hombre, después de 27 años, siguen siendo un referente como modelo que potencia el patrimonio, ya que lo da a conocer y también lo restaura y lo actualiza despertando en el visitante el interés por la historia, sus propias raíces y su religiosidad, en palabras del secretario general de la Fundación, Gonzalo Jiménez.

El reto es conseguir que medio millón de personas visiten Toro desde abril (mes en que está previsto se abra la exposición) y noviembre (cuando, si no hay ampliación, se concretará el cierre). La muestra de arte sacro más importante de España, que ha tenido su última manifestación en Ávila y Alba de Tormes, se ha convertido en un referente nacional e internacional llenando las ciudades donde se ha celebrado. La capital zamorana nunca olvidará "Remembranza" que en 2001 puso a Zamora en el mapa para cientos de miles de turistas.

Un patrimonio arquitectónico sustentado en el románico y el gótico, una ciudad repleta de referentes de los siglos XVI y XVII, con una traza renacentista aún muy visible. Toro tiene tantos atractivos que no es difícil aventurar que Las Edades del Hombre va a cumplir con creces el objetivo de los 500.000 visitantes. Las dos sedes de la muestra son joyas por sí mismas. La Colegiata (símbolo arquitectónico universal), recién restaurada, es el monumento más visitado de la provincia y la iglesia del Santo Sepulcro atesora también una gran riqueza patrimonial.

De lo que ha trascendido hasta ahora, Aqva apunta a convertirse en una de las exposiciones más impresionantes de Las Edades. Ya se conoce que se mostrarán obras de Berruguete, Zurbarán, Juan de Juni, Gregorio Fernández y Antonio López, entre otros grandes maestros de la pintura y la escultura. Pero Toro ha tenido artistas propios de un gran interés como Sebastián Ducete, Esteban de Rueda o Lorenzo de Ávila, con obras que ahora se van a hacer visibles. La exposición ayudará a mostrar el arte local, repartido por un puñado de templos y edificios de gran valor arquitectónico.

2016 tiene que ser para Toro un "punto de inflexión" por muchos motivos. Y aunque Las Edades va a ser su escaparate principal, tiene que haber otros muchos agarraderos que posibiliten a la ciudad recobrar el esplendor de tiempos pasados "después de unos años especialmente duros", según declaraciones de su alcalde, Tomás del Bien, a este periódico.

El vino, con el arte, es el emblema más visible de la ciudad y por eso este año tiene una oportunidad única para estar a la altura de una caja de resonancia que va a ser difícil que vuelva a tener a mano. El Consejo Regulador de la DO ya ha anunciado un programa especial, con catas y visitas guiadas, así como un proyecto especial de expansión del enoturismo en colaboración con la Diputación Provincial. Las 60 bodegas de la calificación de calidad han hecho un gran trabajo en los últimos años, mejorando las técnicas de elaboración, y transformando una bebida, antes con excesivo cuerpo, en atractiva y elegante. Pero falta el empujón definitivo para que estas características pasen a ser conocidas por el consumidor global. La oportunidad es inmejorable, lo mismo que para dar a conocer una cultura vitivinícola singular a un mercado muy exigente.

La industria toresana en general y la hostelería en particular también tienen en 2016 su año de gloria. Eso supone una responsabilidad muy grande porque es preciso estar a la altura de las circunstancias para que el altavoz inmenso transmita las mejores nuevas. Y lo mismo vale para el comercio local y los ciudadanos en general, que tienen que dar a conocer su ciudad, la de sus antepasados y la de sus hijos.

Las Edades es una oportunidad única para Toro, sobre todo, pero también para el resto de la provincia, con especial incidencia en la capital, donde también va a llegar parte del flujo turístico que arribe a la Ciudad de Doña Elvira. De ahí la necesidad de que el Ayuntamiento de Toro y la Diputación Provincial trabajen codo a codo para sacar adelante un acontecimiento clave que va a influir en la imagen pública de toda la provincia en el exterior. Para eso los dirigentes de las instituciones tienen que entender que el interés general está por encima de las cuitas políticas y que el panorama que se presenta es inmejorable para dar a conocer un patrimonio único a un arco inmenso de personas, más de cinco millones si calculamos la transcendencia y el efecto del "boca a oído" de los turistas que van a llegar atraídos por la muestra.

Toro tiene que aprovechar el año, como también lo tiene que hacer la provincia. Tardará mucho tiempo en plantearse una oportunidad como la que se va a dar. Los visitantes en casa, sin tener que ir a buscarlos al exterior. Ahora toca trabajar y actuar con responsabilidad para que todo salga bien. No valen excusas, hay tiempo para preparar el acontecimiento y estar a la altura. Toda la ciudadanía tiene que implicarse porque a todos va a acabar influyendo el resultado este año y los venideros.