Qué pacto y qué legislatura? Esa es la gran pregunta. Sánchez y Rivera o lo que es igual, PSOE y Ciudadanos pueden firmar todos los pactos, acuerdos, alianzas y convenios que quieran. Ambos pueden unir su destino o su suerte. Pueden incluso unificar sus caminos políticos. Podrán plasmarlo en una placa en el Congreso de los Diputados o en sendos diplomas que cuelguen de las paredes de sus despachos respectivos. La aritmética parlamentaria, más contundente, exacta y rígida, nos dice bien a las claras que entre ambos no suman. 90 y 40 escaños no les dan para echar a andar la legislatura, no les dan para gobernar España. Y tengo para mí que con la voluntad de ambos no basta.

No creo que Rivera haga presidente a Sánchez. O convencen al inconvencible Podemos o no hay tu tía. No creo yo que a estas alturas de humillaciones, desprecios, burlas y afrentas, el Partido Popular se vaya a abstener para facilitar las cosas a quien permanentemente ha hecho de menos a Rajoy y al PP. Con ellos "ni agua" se ha encargado de proclamar a los cuatro vientos el líder socialista. Por lo tanto no creo que en el Partido Popular sean tan pánfilos como para facilitar la investidura de Sánchez.

Salvo algún que otro as en la manga, tengo para mí que Sánchez saldrá de la sesión de investidura o lo que es igual del Congreso de la misma forma que entró. Puede que con los pies fríos y la cabeza caliente. Porque, a ver, vuelvo a decir, con 130 escaños no les llega para gobernar. Aunque se sume algún que otro grupúsculo de los que proliferan en la Cámara Baja. Aquí, los que suman son los que son. Y como lo de Podemos es inasumible, porque no se puede llegar y besar el santo de la vicepresidencia, el CNI, el Ministerio del Interior, el de Justicia, el de Educación, el del Tiempo, el de las Independencias varias y demás.

Sánchez tendrá para él solito, es decir, para despacharse a gusto, sin réplicas ni contrarréplicas, toda la tarde del lunes. Los demás contestarán a partir del día siguiente "en diferido". Se ve a la legua la mano de Patxi López quien, por cierto, llegó a lendakari gracias al PP. López se ha columpiado más de la cuenta y lo mismo en lo que el columpio va y viene se pega un buen morrazo. Esto es un cambio en toda regla del curso de la historia parlamentaria. Pero como estamos en momentos de cambio, aunque sean funestos, a callar y apretar los dientes. El debate ya no será tal. Será una cosa descafeinada y sin el gancho que las réplicas le proporcionan. Nadie se va a lucir. Ni siquiera el candidato, a pesar de los esfuerzos de López. Además, para hacer realidad todo las propuestas que figuran en el pacto, necesitan los votos del PP. Con Podemos que no cuenten. Propuestas salidas de la simbiosis de dos programas electorales que no tienen votos suficientes para ser aplicadas.