Del todavía presidente del Gobierno en funciones sabemos ya muchas cosas, quizás demasiadas. Que nos ha mentido, eso lo hemos sufrido, que intentará impedir que otros gobiernen España, "dejadla que se hunda, ya vendremos nosotros a levantarla". hasta ahora lo único que se están levando son alfombras y lo que hay debajo huele que apesta. Desde que Sansón, según nos narra la Biblia, se mató él para matar a los filisteos derribando la columna del Templo, hay pocas cosas que nos sorprendan.

Que usted haya intentado utilizar la figura del jefe del Estado, su majestad el rey, si hubiese sido "bizcochable", como diría Alfonso Guerra, para seguir mandando está en la lógica de su nivel intelectual.

Yo, que todavía conservo el instinto de guardia civil y el olfato de perro viejo con lanas, me barrunto que nos quedan muchas primeras páginas de los periódicos, y presiento que todas tendrán como tema la preocupación de los españoles por la actitud de su Gobierno con el vínculo que existe entre moralidad, ética y política. (Espero que me perdonen los lectores el empleo intercambiable que hago de moralidad y ética). Supongo que el día en que se haga un estudio sosegado y más alejado en el tiempo de la relación entre poder y debilidad del Gobierno del señor Rajoy, me temo que van a reducir el poder a una caricatura del estilo de los Kaczynskis polacos.

Cualquier español que haya estado un poco atento a la actitud del presidente Rajoy ante los sucesivos problemas que se le han presentado se ha dado cuenta de que no ha resuelto ninguno, ha esperado siempre a que se resolvieran solos, pero esto tampoco ha ocurrido, lo que ha sucedido es que han sido desplazados por otros. Al final de su mandato hemos comprobado que ha originado una nueva crisis desconocida hasta ahora.

Hay otra cuestión que me gustaría abordar, cuando le oigo estos días dirigirse a nosotros tengo la sensación de que nos presenta los problemas como si fuera el día del juicio final. La política de usted ha cambiado España tanto como en cualquier otro mandato de sus predecesores, desgraciadamente para peor y lo ha hecho en la mitad de tiempo.

"Los hechos son subversivos", es el primer párrafo de un libro del mismo título escrito en forma de reportaje analítico de los hechos más relevantes del 2000 al 2010 escrito por el historiador inglés Timothy Garton Ash, "subvierten las afirmaciones tanto de líderes elegidos democráticamente como de dictadores". Aunque estoy a 10.000 kilómetros de distancia de Zamora, llevo varios días consultando las primeras páginas de varios periódicos, entre ellos este, la noticia principal, prácticamente la única, estaba relacionada con los tribunales que investigan las tramas de corrupción del PP, lo mismo sucede si se está atento a los telediarios de España y del continente Iberoamericano. Los hechos que se están descubriendo subvierten las mentiras y las medias verdades. Las pruebas son tan rotundas que a los líderes, hasta hace unas semanas poderosos, los ponen ante sus propios espejos. ¿Cómo ha podido permitirse eso y durante tanto tiempo? El daño de la corrupción es a los españoles, ustedes se han enriquecido.

(*) Concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende