Como bien sabemos los zamoranos, todos los años, llegando estas fechas vísperas de la Semana Santa, el mayor acontecimiento de la ciudad en cuanto al turismo y en cuanto a su intensa vivencia, a Zamora se le lava la cara. Es como un rito más, que no falta, esté quien esté al frente del Ayuntamiento de la capital y haya o no haya dinero en las arcas municipales. Días con obras en las calles pero que generalmente no vuelven a repetirse hasta el año siguiente.

Encima, en los últimos tiempos el lavado de cara no era siquiera ni eso, era un lavado de gato, por encima y rutinario, sin seguimiento y que, por tanto, apenas duraba poco más que lo que duran las celebraciones. Así ha estado la ciudad mucho tiempo, en lastimoso estado de abandono y desidia, visible en unos casos y no tanto en otros, pero no por ello menos real. Era una asignatura pendiente, una más, con la que se encontró el alcalde Guarido y su equipo de gobierno de IU y PSOE.

Y ahora se va a cumplir, no como un simple arreglo de cara a los visitantes y a las procesiones, sino como un plan urbanístico municipal integral o casi, con actuaciones en todas las zonas de la capital empezando por el casco histórico y que incluirá la reparación de pavimentos, aceras, calzadas, la eliminación de pintadas, grafitis y otras variadas muestras de deterioro que se paliará, además, con la adquisición de contenedores, bancos, papeleras y otros ornamentos, arboles incluidos.

El Ayuntamiento, al que es obvio que no sobra el dinero, empleará en esta operación más de 300.000 euros, teniendo en cuenta que solo el arreglo de aceras y calzadas significará 150.000 euros, tal es el mal aspecto que presentan en la actualidad. De las actuaciones, hay que señalarlo, queda excluida una de las vías que más necesita ser reparada, Cardenal Cisneros, y ello debido a que es de titularidad estatal, por lo que corresponde al Ministerio de Fomento su mantenimiento. Pero la ministra, ahora en funciones, del ramo, todo lo que se ha preocupado del AVE se ha olvidado de otros temas.

Así que el alcalde de Zamora ha vuelto a pedirle al delegado del Gobierno que haga algo en este sentido, que transmita el problema y su urgencia. Claro que teniendo en cuenta que si en marzo no hay Gobierno de la nación ya no lo habrá hasta después del verano, tras unas repetidas elecciones que serían a finales de junio, en el mejor de los casos, todo parece llevar a que esa avenida, o autovía, o lo que sea, continuará presentando su feo e incómodo aspecto actual para los viandantes.

Es oportuno el plan municipal para la mejora de la ciudad, porque no es ya solo la Semana Santa, que también, por supuesto, sino que Zamora va a recibir este año mucho turismo por la exposición de Las Edades del Hombre en la vecina Toro, visitantes que presumiblemente se extenderán por la provincia y muy especialmente por la capital, donde podrán encontrar una ciudad pequeña pero acogedora, con un monumental casco viejo, rico en historia y arte, complemento perfecto a la gran muestra sacra.