Decía hace unos días Rajoy: "España no necesita políticos amateurs, aprendices sin gestión administrativa, y el líder del C´s, Albert Rivera, no ha sido ni concejal". Así, Mariano Rajoy, el hace tiempo edil pontevedrés, le espetó al jovencito inexperto gestor Rivera. En parte tiene razón Rajoy, pero el catalán españolizado le da cien vueltas al gallego registrador de la propiedad en cuestiones de "marketing" y dominio de la imagen y del discurso político.

A Rajoy le asesoran mal, muy mal. Antes fue el "brujo" Arriola, que lo tenía encerrado en el plasma virtual. Ahora es el grupo de jóvenes vicesecretarios generales peperos, Levy, Maíllo, Casado y Maroto, junto a Moragas, quienes dirigen a Rajoy en las elecciones. Pero a Rajoy le superan las estrategias que le marcan para que aparezca ante los españoles como más cercano, más humano. Eso es imposible; no va con él: no se puede pedir peras al olmo?

Ni la pose en las imágenes publicadas del "experto" Mariano jugando al dominó en el Hogar del Jubilado con unos viejetes "colocados ex profeso", le va a dar votos ni le harán más próximo al ciudadano. Es puro teatrillo de "marketing" con una pose que le falta gracia y le sobra afectación.

También le llevan a jugar al futbolín en el programa televisivo de Bertín Osborne ¡Y qué mal juega?! O le vemos dando collejas a su hijo Juan -collejas de verdad no en broma- cuando comenta partidos de la Champions. Pero parece todo tan preparado, tan artificial, menos las collejas, claro? Sus asesores le traen de la ceca a la meca y así no tiene tiempo para debatir con la oposición ni con los novatos emergentes. Los debates es una costumbre electoral muy sana y democrática, pero él no tiene tiempo para esas minucias.

Eso sí tiempo para ver dos o tres partidos de fútbol cada semana, o dar un garbeo con Merkel por los jardines de la Moncloa, sí lo tiene. Y luego, promete el loro y el moro de cara a las elecciones como si a estas alturas fuera a engañar a los españoles una vez más.

A los zamoranos, por ejemplo, les promete los trenes de alta velocidad, las ayudas a los pequeños municipios y a las diputaciones. Pero luego va Montoro y los asfixia económicamente con duros recortes y con un severo control financiero. Martínez Maíllo, todoterreno de la política pepera zamorana, le hace subir al banco de un parque benaventano para dar un mitin cual Lenin o Trotski. Y es curioso porque ya le sacan cantares, como que a Rajoy y a Maíllo les encanta los bancos -entidades financieras- para sus "rolletes" políticos y económicos. Ambos han estado siempre más cerca de los bancos que de las personas.

Maíllo le diseña una campaña electoral basada en el voto de los mayores de 60 años, en las zonas rurales, en poblaciones pequeñas, tradicionalmente más conservadoras para asegurar votos de la derecha. Y nuestro registrador de la propiedad ante tanto militante pepero, vuelve con sus perogrulladas y trabalenguas: "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde". Esto es como la película de Berlanga "Bienvenido míster Marshall", bienvenido míster Mariano, llenando de mítines y simplezas los bares y las residencias de mayores de la España más rural.

A pesar de estos jueguecitos rajoyanos, el caso es que cientos de miles de pensionistas zamoranos, castellanoleoneses y españoles, están que trinan con las faroladas del PP de Mariano Rajoy, Martínez Maíllo, Mañueco y Herrera.

La OCDE nos saca tarjeta roja avisándonos sobre el peligro en un futuro próximo de nuestro sistema de pensiones. Pero Rajoy y la ministra Báñez no hacen más que engañar a los jubilados y meter mano una vez más a la hucha de las pensiones. Esta vez son 7.700 millones sacados para pagar extras navideñas, favores electorales y otras dudosas partidas, dejándola patitiesa, en un 50% menos que cuando entró a gobernar el PP. Los parados cobran 56 euros menos al mes desde que Rajoy es presidente. Y la cuantía media por beneficiario de la prestación normal por desempleo ha caído un 6,6% desde octubre de 2011. El número de parados que la cobra también se ha reducido más de 13 puntos, casi 650.000 personas menos. Y con el PP han bajado desde 2011 los cotizantes a la Seguridad Social.

Tendrá experiencia, Rajoy, pero está demasiado contaminada por una nefasta gestión, que es repudiada en las encuestas oficiales del CIS por la mayoría de españoles como líder político.

Pronto llegan las Navidades y los Reyes Magos. No les vamos a pedir más cosas, pues ya somos mayorcitos para creer en ellos. Pero por favor, que se lo lleven unos días a la casa hogar del pensionista, esa del dominó, y lo tengan hasta que pasen los comicios del 20-D. Y así deje en paz a este país.

Es más, se podría jubilar ya; déjenle una buena pensión -permítaselo señora Báñez-. Allí se nos quede el registrador de la propiedad "jubilado", jugando al billar, al mus o al dominó. Y que siga contándoles batallitas de las suyas hasta aburrirles: "Señores, yo fui presidente, muy presidente, del Gobierno de España, esa que es la patria de los españoles?". Así sea.