Sí, cuando esto escribo ignoro, porque no soy adivina, si el chavismo ha pasado a la historia y si las urnas se habrán llevado por delante, como apisonadoras, a Nicolás Maduro, indigno jefe de un Estado, Venezuela, cuyos ciudadanos merecen mejor suerte. Este lenguaraz no le llega a Hugo Chávez ni a la altura del betún, con todo lo criticable del anterior mandatario venezolano.

Igual que critiqué duramente el comportamiento del inmaduro Maduro hacia Felipe González, hombre de Estado, político reconocido internacionalmente, con sus luces y sus sombras, como todos los demás, pero un demócrata, vuelvo a hacer lo propio tras la larga ristra de insultos proferidos por un indeseable como Nicolás Maduro a Mariano Rajoy. Porque me guste o me deje de gustar, Mariano Rajoy es el presidente del Gobierno de España y como española protesto enérgicamente, porque insultando al presidente de mi país, me insultan a mí. Y porque Rajoy es un demócrata, no es ningún monstruo como el venezolano. Que se lo pregunten a los que han venido huyendo del hambre, de la injusticia, de las persecuciones y del miedo.

Que yo sepa, en España no se persigue a nadie por sus ideas. Se discrepa, se discute, se debate, pero no se persigue a nadie, aunque vía Internet, hay quien acosa, quien insulta, quien en verdad sí persigue, aunque tengo para mí que es una cuestión más bien enfermiza. No voy a repetir la sarta de barbaridades dichas por el payaso venezolano quien no me infunde ningún respeto. Le respetan, aunque opino que es miedo más que otra cosa, quienes están al momio, quienes no pasan los apuros que pasa la población en general, en un país tocado y prácticamente hundido.

No me extraña la queja del nuevo presidente argentino que ni se deja intimidar por la verborrea del venezolano, ni está dispuesto a reírle las supuestas gracias, ni a tenderle la mano en posición mendicante por un poco de petróleo. Por eso no entiendo cómo Rodríguez Zapatero, de visita en Venezuela como observador internacional (cabe esperar dada su torpeza que no se deje meter ningún gol), no se ha posicionado de forma contundente contra Maduro que ya se está blindando el futuro por si recibe un revés en las urnas. Tío listo para sus propios intereses pero no para los de sus conciudadanos que ni de papel higiénico disponen, salvo que sean afectos al régimen.

La prensa internacional ha criticado la tibieza de Zapatero al respecto que, a la vez, ha levantado sospechas sobre su imparcialidad. No digo que se ponga a la altura del verdulero de Maduro, pero sí que emplee la contundencia justa y necesaria contra quien está insultando permanentemente al presidente de su país que es España, porque con ello lo está insultando a él y a todos los demás. Ya no vale con que los jefes de Estado de Mercosur le rían en privado las gracias a este individuo, tienen que adoptar posturas más contundentes si no quieren que a todos se les tome internacionalmente en plan chirigota. Porque eso es lo que es Maduro, una chirigota en sí mismo pero con mala intención.