Diego Ordóñez de Lara llamó traidores a los zamoranos porque Bellido Dolfos mató a Sancho II para librar a la ciudad del acoso a que la tenía sometida el ambicioso rey hacía ya siete meses.

Arias Gonzalo se comprometió a limpiar el honor de los zamoranos enviando a sus hijos a batirse en duelo con Diego Ordóñez en el Campo de la Verdad.

Salió al palenque en primer lugar el más pequeño de los hijos, Pedro Arias, que sucumbió tras una valerosa resistencia impropia de su corta edad. Le siguió su hermano Diego que, después de encarnizada lucha, cayó ensangrentado sobre la arena.

Rodrigo Arias salió en tercer lugar y después de furiosas acometidas e intercambio de golpes, consiguió que el caballo del castellano Ordóñez resultara malherido y escapara del palenque arrastrando al jinete también herido. El hijo de Arias Gonzalo intentó perseguirlo, pero cayó muerto dentro del palenque consecuencia de las heridas recibidas.

Los jueces resolvieron a favor de Zamora que quedaba libre de la sospecha de traición.

La reina Doña Urraca llamó a Cortes a los magnates de Castilla, para proclamar por rey a su hermano don Alfonso, mas como los castellanos pusieran la condición que el rey tenía que jurar sobre los Evangelios que no había tenido parte en la muerte de Sancho II, Alfonso VI llevó a cabo el juramento en la iglesia de Santa Gadea de Burgos según la leyenda, puesto que históricamente no se confirma. La suerte de Bellido Dolfos no está puntualmente averiguada. Se dice que fue castigado haciéndosele descuartizar por cuatro caballos a los que ataron cada uno de sus miembros y desgarraron su cuerpo en impetuosa carrera. Pero, después de novecientos años, el Ayuntamiento de Zamora decide por unanimidad cambiar el nombre de Puerta de la Traición por el de Portillo de la Lealtad en homenaje al defensor del cerco de la ciudad, con lo que a partir de agosto de 2009 el que fue llamado traidor se convirtió en héroe.