En el año 977 surgió entre los capitanes árabes un destacado guerrero que se hizo célebre por sus organizadas conquistas llevadas a cabo con extraordinaria pericia y valor. Este caudillo era Almanzor (Al-Mansur)

Pronto mostró este líder musulmán sus dotes organizadoras y su habilidad para el mando y dirección de los asuntos militares. Desde Mérida y la Lusitana realizó una incursión sobre Galicia, pasando el Duero por sorpresa para ocasionar cuantiosos daños a los cristianos. Su afán de aniquilamiento de los reinos que se habían acostumbrado a la paz que tuvieron en los últimos años reapareció con mayor ímpetu arrasando Almanzor con sus huestes cuanto encontraron a su paso. A Zamora le tocó sufrir de nuevo el empuje de tan poderosa y bien dirigida morisma, ante la que los zamoranos sucumbieron sin poder ofrecer resistencia. Almanzor llegó con su ejército y estableció un férreo cerco a la ciudad venciendo enseguida a los defensores. Tomaron los árabes la plaza y causaron en ella grandes estragos, no llegando a ocupar el castillo en el se refugiaron los sitiados y porque los sitiadores tenían prisa por continuar su avance hacia Galicia. La ciudad fue destrozada en sus muros, iglesias y demás edificios; los campos fueron talados e hicieron millares de cautivos a los que despojaron de todos sus bienes y fueron conducidos a Córdoba, decapitando a muchos de ellos en el viaje. Los que llegaron a Córdoba sufrieron duro trato y permanecieron durante años en oscuros calabozos.

El otoño del mismo año volvió Almanzor a pasar el Duero, acampando a orillas del Duero, pero los cristianos cayeron sobre el ejército árabe cuando este se hallaba inadvertido, con tal ímpetu que los moros huían despavoridos y hubo un principio de victoria, hasta que Almanzor se puso al frente de los suyos y arrojando lleno de rabia su turbante y arengando con voz poderosa a sus capitanes y soldados, dominó de nuevo la situación y los cristianos tuvieron que retirarse a León.

Al-Mansur (Almanzor) fue el caudillo musulmán más temido de su tiempo. Entre los años 977 y 1001, el caudillo árabe encabezó 56 campañas contra los cristianos, que tomaban a estos ejércitos como enviados del demonio. Los ataques a Zamora sucedieron en los años 987 y 988 dejando, como ya queda dicho, la ciudad en un estado calamitoso.