Al Partido Socialista Español, PSOE, es al único partido político en España que se le pide que acabe con las injusticias. Hay otros partidos de izquierdas que están dirigidos por jóvenes audaces y un poco irreverentes a los que sus electores les piden que: "acaben con la derecha", que "expulsen del Gobierno al PP" y otras similares. A los de este último partido, que están de pésimo mal humor, les oigo decir con frecuencia que están hartos de soportar a tanto incompetente de izquierdas y que hay que acabar con ellos.

Esto para mí es una cuestión moral. A nosotros lo que nos interesa no es solamente que dejen de mandarnos los de siempre porque lo hacen mal, sino porque la gente está desesperada después de las recetas de adelgazamiento a que nos han sometido en esta legislatura. Los españoles de izquierdas no somos mejores personas que otros, pero no queremos sacrificar el porvenir de nuestros hijos en el altar de los dirigentes mesiánicos del PP.

Más que nunca antes, es importante recordar que el imperio del socialismo reside en el corazón de los hombres y mujeres y no solamente en el poder político que no se consigue por la riqueza ni por la coerción sino por el prestigio, se trata de una política racional que guía la razón humana y que está al alcance de cualquier individuo. Al ser universal no exige inspiración divina porque solo se propone asegurar la felicidad terrena de cada miembro de la comunidad y la que únicamente sirve al bienestar del poder soberano, que además garantiza la paz a los gobernados y un poder más perenne. Es lo que los filósofos llamarían un poder socialista justo. Un poder que se basa en la razón humana, que aspira al bienestar de todos y garantiza la paz.

Comparar las descripciones y análisis que se hacen en los medios de comunicación con otros partidos de izquierdas nos parece que tienen un alcance limitado, a pesar de las semejanzas a primera vista numerosas y de gran impacto. El socialismo pretende alcanzar la felicidad de la familia, luego la del barrio o la ciudad en la que se vive y la del país porque son las áreas o círculos concéntricos entre el individuo y el poder. ¿Eso significa acabar con las injusticias? Es lo que se le ha pedido al socialismo desde que esta palabra fue inventada por el monje Ferdinando Facchini hacia finales del siglo XVIII. Se es socialista en el sentido que se defiende la fórmula: libertad, igualdad y unidad que solo se consigue por medio del trabajo y del esfuerzo personal. Nadie debe conformarse con lograr su bienestar a no ser que haya sido alcanzado por los demás.

Para esto necesita el poder el socialismo. Olvídense de las injusticias sociales, existirán siempre, se dice desde el liberalismo, nosotros remediaremos esas situaciones distribuyendo subsidios a los pobres. Esta es una doctrina infinitamente deprimente porque son la culpa del fracaso de la igualdad. El socialismo es el único partido con una doctrina capaz de empezar un proceso de rescate de la igualdad, de crear riqueza sin generar conflictos entre las clases sociales. El hecho de que haya tantas personas descontentas con el Gobierno actual significa que no se ha encontrado un plan de acción efectivo de un líder que merezca que lo sigan, pero esto no es más que una situación temporal. Siempre que me entusiasmo con estos temas me parece que hay alguien socialista que puede remediar estas situaciones.

Si los socialistas desean la libertad es porque intuyen que existe el peligro de que sufra alguna merma, si la gente le pide que acabe con las injusticias, es porque confían en que puede remediarlas.