Lo del gratis total es un tema y una denuncia ya viejos en la actual política española, o más exactamente en sus políticos que nunca cesan ni han cesado de ampliar los límites, los que sean, de tantos privilegios como disfrutan y de los que ellos mismos se han dotado. Últimamente al Gobierno, sin embargo, no le ha quedado otro remedio, de cara a la calle y a los votos -pues saben de la indignación que los abusos de que gozan causa en los electores-, que hacer como que recortaba e imponía austeridad en este sustancioso capítulo, algo que parece que no cumplen los viejos gobernantes, los del bipartidismo: PP y PSOE, que siguen manteniendo los chollos y el trato de favor a costa de los contribuyentes.

Quizá el ejemplo reciente más sonado fue lo de las tarjetas de libre disposición de Bankia, el banco rescatado con dinero público, para sus consejeros y altos directivos, un asunto que continúa en manos de la justicia. Pero hay muchos más que demuestran cómo estos ilógicos e injustos privilegios se llevan a todos los aspectos y niveles, a cualquier cosa que pueda favorecer y hacer medrar a la clase política. Uno de los más curiosos, conocido hace unos años, fue enterarse de cómo los parlamentarios españoles tenían a su disposición servicio de bares con precios especiales, muy rebajados con respecto a los precios habituales que rigen en los establecimientos de hostelería. Era una concesión, a cargo también, cómo no, del dinero público con el que se compensaban las diferencias. Algo se hizo en ese sentido, porque la gente no estaba dispuesta a pagar los gintonics de quienes tienen un sueldo mensual que no baja de los cinco mil euros pero que aun así arañan cuanto pueden para su bolsillo. Ahí está el origen de la corrupción: de Gürtel, de la Púnica, de los ERE y de tantos casos descubiertos y por descubrir o que nunca se descubrirán.

Pero lo del Congreso, con todo, resulta menos curioso que lo que pasa en Málaga, en su Diputación en concreto, donde los diputados provinciales, del partido que sean, e incluso los técnicos de la institución, cuentan con bar gratis total, para lo que sea, lo mismo un desayuno que un whisky. Málaga tiene gobierno local del PP y el mismo partido preside la Diputación, en la que se ha presentado una moción por parte de IU, recién llegada a la Corporación, en la que exige la clausura de este servicio. Se trata, según se cuenta, de una estancia privada, junto al despacho de presidencia, y en la que, eso sí, existe una especie de hucha en la que los habituales pueden dejar una donación, si lo desean, para fines caritativos. Aunque no se sabe si se dejan muchas o pocas monedas, esta última iniciativa, algo es algo, surgió con el PP al frente de la institución, porque, en realidad, el bar del gratis total fue obra del PSOE, señor de Andalucía.

Ahora, y una vez conocido el caso, tanto los socialistas como los del PP se han apresurado a asegurar que están de acuerdo en cerrar el elitista servicio, del que todos han venido haciendo cómodo uso con la excepción de los diputados del grupo de IU que ha denunciado esta nueva muestra de no privarse de nada a costa del dinero de todos. Hay que tener cara dura para hacer muchas de las cosas que hace, sin la más mínima vergüenza ni pudor, esta tropa que ha hecho de la política, de cargo en cargo, su modo de vida.