Que la estética de Zamora no pasa por uno de sus mejores momentos, salta a la vista. No tenemos una ciudad bonita, ni siquiera bien cuidada, siempre a merced del último o puede que del primero que llega a ensuciarla. Y no hablo solo de los pintarrajos que manchan las paredes, hablo también del estado de la calle, como si no hubiera papeleras, que abundan, pero a muchos ciudadanos les da igual, en lugar de desplazarse un poco más allá y arrojar lo que les estorba, prefieren hacerlo en el suelo. Que trabajen los barrenderos, ¡pobres míos! El de barrenderos es un servicio que está y se hace presente de forma más continua en la calle.

A Zamora le faltan adornos. Le falta verde. Le faltan fuentes. Le falta atención. Pero, claro, esto no es nuevo. Y mire que hay posibilidades de mejorarla, de adecentarla, de embellecerla. Me encanta la iniciativa del alcalde socialista de Soria. Carlos Martínez ha apostado por decorar la ciudad a través de la obra preferentemente de artistas locales. Zamora goza de una buena nómina de escultores, imagineros y pintores que bien podrían echar una mano si se les convocase y, claro, se destinase una partida presupuestaria para tal fin.

El primer edil soriano cuenta con un Plan de Embellecimiento de la ciudad al que le va a sacar mucho partido que redundará en beneficio de esa "Soria pura, cabeza de Extremadura", leyenda que, escrita en letras de sable, forma parte de su escudo. Para ello, el presupuesto municipal del próximo año contará con una partida que se eleva a 50.000 euros. No está mal para empezar. Las rotondas de Zamora, salvo alguna excepción, seguro que lucirían más bonitas alojando en su corazón esculturas de los nuestros, de los artistas zamoranos, de los que presumimos de boquilla pero a los que poco se ayuda.

Flecha, Coomonte, Crespo Rivera, Mariano Gallego, Daniel Lorenzo, Lobo... Los que viven entre nosotros y aquellos que nos han dejado su legado para algo más que mantenerlo a buen recaudo en instalaciones cerradas. Se podría así revitalizar la ciudad, sacarle más partido convirtiéndola en un museo al aire libre. Otra cosa es que nuestros artistas quieran colaborar. Dudo que se nieguen. La iniciativa soriana es aplicable a Zamora que necesita cuanto antes de la atención preferente de las instituciones zamoranas, principalmente del Ayuntamiento.

Nuestra ciudad se merece mejor suerte. Se merece algo más que un lavado de cara. Se merece que la pongamos guapa, que permitamos que luzca en todo su esplendor, que lo tiene y que conoció tiempos mejores. Lo que es válido para unas ciudades de nuestro propio mapa autonómico, también lo es para la nuestra. Cierto que hay que tener la necesaria voluntad. Pero, ¡ojo!, también es verdad que a la iniciativa deberían sumarse los ciudadanos y el comercio, el tradicional, el nuestro, el que hay que defender a capa y espada, y el otro de las franquicias que, salvo recaudar, nada se sabe de sus aportaciones a esta ciudad de acogida. Zamora bien vale un esfuerzo por parte de todos.