Ni la antigüedad, por mucho que se remonten a la Edad Media, va a salvar a algunas tradiciones del fin que se ve llegar en lontananza. Objetivo a batir: cualquier festejo relacionado con el mundo de los toros. Lo que no logró la crisis, lo que no pudo hacer la austeridad, lo están consiguiendo ciertas plataformas y ayuntamientos gobernados por Podemos. En el punto de mira de los antitaurinos, de la izquierda más radical y las plataformas contra la tortura animal: el Toro de la Vega, que se celebra en septiembre en el municipio vallisoletano de Tordesillas. Un rito medieval que, desde hace unos años, está en el ojo del huracán.

Música y humor versus tradición taurina. Más de un centenar de artistas se ha ofrecido a actuar gratis en un festival a cambio de eliminar el torneo del Toro de la Vega. El Gran Wyoming, Eva Hache, Sergio Pazos, El Chojin, Lujuria, Luis Ramiro, y otros tanto o más conocidos que estos últimos, están dispuestos, con la ayuda de Pilar Rahola, Love of Lesbian y Bimba Bosé, nieta del recordado Luis Miguel Dominguín, en un acto de generosidad sin precedentes, a crear el Festival "Rock in Vega". Gratis, por lo menos el primer año. Luego vendría el negocio, el chollo para los promotores y artífices de la idea.

Están dispuestos a armarla parda durante la próxima celebración para la que quedan dos meses. Los abajo firmantes aspiran a convertir a Tordesillas en "referente" mundial de la cultura, la música y las artes, con lo que, como han asegurado, "todos salen ganando". ¿De verdad? ¿A qué cultura y a qué artes se referirán? ¿A la cultura del porro y del hachís? ¿Al arte de lo friki? Es que no lo veo claro. Cómo me gustaría que todos estos y algunos más, hasta completar el centenar anunciado, fueran igual de firmes y convincentes defendiendo la vida del no nacido pero que vive en el seno materno, frente a los que siguen empecinados en todos esos postulados que nos conocemos de sobra, basados en "el derecho a elegir de la mujer".

Por cierto, este ofrecimiento se ha realizado cuando los Sanfermines 2015 copaban todavía el interés de España y del mundo. Pero nada han dicho de la gran fiesta de Pamplona, ni se fueron a las calles de Santo Domingo, Estafeta o Mercaderes, pancarta en mano, ofreciendo a los pamploneses y a sus miles de "acogidos", llegados de todo el mundo, un festival de música alternativo y gratis, por supuesto, con el fin de que los toros de Miura, los de Garcíagrande, los del Conde de la Maza o los de Fuente Ymbro no se vieran obligados al estrés que supone la carrera que les lleva por el recorrido mítico hasta la plaza de toros, donde están llamados a morir a manos del diestro de turno, ¡sin duda una salvajada! Pero, ya ve, de los Sanfermines no han dicho nada. Es que hay que tener mucho valor para arremeter contra la fiesta que universalizó en sus crónicas periodísticas un tal Hemingway.