La lectura en nuestro diario La Opinión-El Correo de Zamora, del pasado domingo día 7 de junio, del Editorial y del artículo de Luis Miguel de Dios, verdaderamente me produjo escalofrío, porque son temas tan nuestros y sobre los que, de forma sucinta, he hecho referencia en alguno de mis artículos publicado en La Opinión-El Correo de Zamora, concretamente "El campo zamorano", el día 20 de enero de 2015 y en "Electionem habemus", de días pasados.

El tema de la despoblación de nuestra provincia es algo más que preocupante y para ello basta comprobar la población de nuestros pueblos en la década de máxima población, (años 1950-1960 ) y la actual.

El anticipo de la despoblación de nuestros pueblos se produjo cuando el tractor comenzó a rodar por nuestros campos, y se inició el arranque de los viñedos. Hablo de lo que conozco, concretamente de la zona de Tierra de Campos zamorana y ribera del Cea, margen izquierda.

Los lectores habituales de La Opinión-EL CORREO DE ZAMORA saben, perfectamente, que mi pueblo es Valdescorriel.

He de felicitar públicamente, por este medio a quien elaboró el editorial "Frenar la despoblación, cuestión de vida o muerte para Zamora" y a Luis Miguel de Dios, autor del artículo "La cosecha de cereal es catastrófica, pero aquí no parece importarle a casi nadie".

A quien estas líneas escribe sí le importa, por ser hijo de labradores.

Los amantes de nuestra provincia hemos de luchar, hasta la extenuación porque Zamora llegue a ocupar en España, el lugar que le corresponde y se merece. Zamora existe.

Sobre el campo y la petición de lluvias, estoy totalmente de acuerdo que ni tan siquiera en las misas, a las que normalmente acudo, se ha hecho la petición de agua sobre nuestros campos, prevista en el misal romano, para pedir la lluvia, el "ad petendam pluviam", a excepción de mis queridas monjas las hermanas Clarisas del Convento de Tránsito de Zamora, que me consta lo hacen, ¡gracias madre Mercedes!, que ruego traslade a las hermanas.

Esta falta de sensibilidad con el campo zamorano es evidente, pues, parece ser que en nuestra sociedad actual, el campo no importa a la gente ajena al mismo, pues, a veces los urbanistas piensan que el campo está bien para pasear en primavera u otoño, y hacer alguna barbacoa a la orilla del río, en verano, porque se está más fresquito.

Falta conciencia social sobre el campo y se ignora que es la base de donde procede nuestra alimentación diaria.

La despoblación rural es un hecho incuestionable y a los pasos que vamos nuestros pueblos, en muy pocos años, quedarán abandonados.

Que las nuevas corporaciones municipales y cortes regionales que se están constituyendo tienen unos retos muy importantes, especialmente, asentar población en sus pueblos hasta conseguir, si es posible, la apertura de las viejas escuelas y que en las calles y plazas de los pueblos vuelvan a jugar y a correr los niños como en nuestra infancia.

Hagamos realidad la utopía.

Es tarea de todos nosotros, los que nos sentimos zamoranos de todo corazón y pese a estar fuera de Zamora, por razones profesionales, amamos Zamora y deseamos para nuestra provincia lo mejor.

Fomentemos la artesanía, en sus distintas facetas, y no olvidemos que existe un potencial enorme en la elaboración de productos artesanos, de exquisita calidad como son el queso, el embutido el pimiento de los valles de Vidriales y Tera, el rico chocolate de Vezdemarbán, la harina artesanal, la miel, etc, etc?

Adelante zamoranos, luchemos por nuestra querida provincia, las futuras generaciones nos lo agradecerán y nos olvidemos el refrán: No se ganó Zamora en una hora.

Pedro Bécares de Lera (Zamora)