Como la gente está ya más que acostumbrada a los incumplimientos de Rajoy, los anuncios en forma de globos sondas del Gobierno sobre la rebaja de dos puntos en el IVA o el cobro de la paga extraordinaria de 2012 que se escamoteó a los empleados públicos no le han producido ni frío ni calor, entre otras razones porque en el fondo ya no se cuenta con el PP.

Pero a los sindicatos este último anuncio, luego desmentido aunque no del todo, lo mismo que se hizo con el anterior, no les ha hecho maldita la gracia, y le han recordado al Ejecutivo que en los cuatro años de gobierno del PP los trabajadores han perdido nada menos que un 5 por ciento de su poder adquisitivo. Claro que Rajoy, erre que erre, continuará basando su campaña -descarta que las elecciones generales de adelanten- en la pretendida recuperación económica.

La realidad, aun sin negar la mejoría, es que se enfrenta el Gobierno a una deuda pública que no deja de crecer y que se muestra sencillamente insostenible se mire por donde se mire, lo que no genera ninguna confianza de cara al futuro. Solo el pago del rescate bancario en estos años para salvar a las cajas de ahorros, quebradas por la incompetencia y los abusos de los políticos que formaban parte de sus órganos directivos, lleva supuestos más de 40.000 millones de euros, la tercera parte de lo que se adeuda. Mientras, y aunque hay unos cuantos imputados, la mayoría de los culpables se van de rositas.

Y luego están los débitos cada vez mayores de las autonomías, que salvo contadas excepciones no saben contenerse, y de los ayuntamientos y demás instituciones y entes varios, la mayoría sin otro fin que dar despacho y buen sueldo a los políticos, incluso a los más descolgados, y ello va desde las diputaciones a los organismos duplicados, como ese surrealista Consejo Consultivo con que la generosa Junta de Herrera premió a Zamora. Aquí les tenemos, viniendo un par de veces a la semana para justificar lo que perciben a fin de mes como una renta vitalicia de sus partidos. Por cierto, y por coherencia, dice el hombre, Herrera volverá a ser presidente del Gobierno regional, gracias al acuerdo firmado con Ciudadanos, cómo no. Así que la exalcaldesa de Zamora tendrá que esperar, aunque ocupará un lugar como consejera o algún otro puesto destacado. El presidente se sacrifica y se mantendrá otros cuatro años en el poder para servir a los castellanoleoneses. Sigue porque los de Rivera le garantizan la investidura, pero de no ser así hubiese hecho mutis por el foro para no acabar su larga carrera política como perdedor.

En cuanto a Ciudadanos, lo que no deja de comentarse es que va a pagar muy cara su oportunista postura de ser el bastón del PP. La última encuesta conocida sitúa a los centroderechistas en último lugar, con apenas un 10 por ciento de intención de voto, justo la mitad que Podemos que llegaría al 20 por ciento. Por delante, el PP con un 27 por ciento, y el PSOE, que sigue en plan emergente, con un 26 por ciento, en empate técnico. Pero la suma de PP y Ciudadanos no pasaría del 37 por ciento, mientras PSOE y Podemos se dispararía al 46 por ciento, lo que haría de Pedro Sánchez el nuevo inquilino de La Moncloa.