La fibromialgia no es una enfermedad nueva. Lleva años haciendo la vida insoportable a cuantos la padecen. La fatiga física y mental y el dolor crónico son algunos de los síntomas más comunes de esta enfermedad que afecta sobre todo a mujeres de mediana edad. Lamentablemente, desde la sanidad española se ha venido prestando poco caso a este problema capaz de acabar con la vida laboral de quienes la padecen. Desde que dos revistas del corazón, Lecturas y Diez Minutos, han publicado que la presentadora de televisión Mariló Montero la padece desde hace un año, puede que la suerte de estas enfermas cambie a partir de ahora por el halo mediático que va a rodear la evolución de la navarra, que ha abandonado el programa de televisión que presentaba para darse un respiro, para tomarse un tiempo.

No todas las mujeres trabajadoras que padecen fibromialgia pueden hacer lo que ha hecho la presentadora del programa "La Mañana de la 1": tomarse unos meses hasta la nueva temporada. Puede que Mariló vuelva si ese es su deseo y las fuerzas no le flaquean. Cuántas en su situación tendrían que renunciar al puesto de trabajo. Y es que como los tribunales médicos tampoco conocen mucho de la enfermedad y su proceso y desconfían, tampoco se busca una salida, la más conveniente, para estas enfermas que las están pasando canutas en muchos sentidos: en el físico, en el mental, en el laboral, en el familiar, en el económico?

Yo he visto poner de patitas en la calle, eso sí, con los necesarios pronunciamientos económicos, a una mujer joven, madre de familia, que padecía fibromialgia y a la que el cansancio que produce esta enfermedad impedía desarrollar su trabajo al cien por cien. Y si posturas así se adoptan en organizaciones dedicadas a la solidaridad, calcule usted qué no se hará en empresas donde lo único válido es la cuenta de resultados. Por eso, si el trastorno que sufre Mariló va a servir para que se preste una mayor atención a este enfermedad, me alegro por las asociaciones y las personas que habitan en ellas, que llevan luchando muchos años para que se reconozca, no el problema, si no la enfermedad que es en sí un problema.

Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Reumatología, entre un dos y un cuatro por ciento de la población española padecería este trastorno, entre esa población, muchas mujeres zamoranas que me importan y me duelen a partes iguales. Porque la fibromialgia no tiene cura. Bien es verdad que siguiendo el tratamiento prescrito por el médico, por lo menos el médico que tenga conocimientos de esta enfermedad, y un estilo de vida que implique una dieta equilibrada, la práctica regular de deporte y dormir ocho horas diarias ayudan a mejorar los síntomas.