F ue la fuente de Moya Pan en la Sierra de la Culebra, entre Sarracín y Ferreras de Arriba, madre del río Frío y además el acuífero de nómadas y trashumantes, pastores y frailes, buhoneros y tratantes que junto a ella hacían parada para saciar la sed camino de ferias, monasterios y romerías, de ahí que también se le llamase "fuente de los Cacharreros. Los primeros moradores fueron asentando los pueblos alistanos, tabareses y albarinos allí donde el líquido elemento florecía a la vera de peñas y riberas. Más arriba, atravesando la serranía, durante la Segunda República, Obras Públicas del Estado, allá por 1931, construía la primera carretera de tierra de Aliste a La Carballeda, que dejaba atrás los caminos de herradura y rodera, y junto a ella la fuente de San Pedro, que se surtía del manantial de Peña Resbaladera que durante décadas sació la sed de los niños que de toda España llegaban al campamento San Ignacio de Loyola. Tras la dura posguerra, -en pueblos como Moldones llegó a racionarse hasta el agua para beber y amasar el pan-, los pueblos optaron por canalizar el agua del campo a fuentes urbanas. En Riofrío de Aliste en 1948 tenía lugar la primera traída de aguas de Peñas de Mayas. Las estaciones del ferrocarril fueron los primeros lugares en contar con agua corriente, allá por el 24 de septiembre de 1952, cuando Francisco Franco acudió a inaugurar la línea de Medina del Campo a Orense. Tiempos de la Falange donde el yugo y las flechas eran testigos mudos de charices y pilones. La llegada del progreso y de las carreteras sepulto históricos acuíferos como el de fuente Viruela entre Gallegos y Valer. Hoy la fuente Fidionda de Grisuela sigue dando su aguas medicinales junto al Cebal.