La periodista extremeña Pepa Bueno calienta el "chester" que dejara vacante Risto Mejide. Se estrenaba días pasados, entrevistando a Felipe González. Eligió bien la presentadora. Entrevistar a González siempre es una gozada por todo lo que aporta, que es mucho. Además, no se corta un pelo a la hora de llamar a las cosas por su nombre. Aunque ahora pide el apoyo sin fisuras del PSOE para el actual secretario general del partido, a González no le dolieron prendas en confesar que no votó a Pedro Sánchez porque su candidato era Eduardo Madina.

La mayor enjundia la reservaba Felipe para Zapatero. Reconoció que durante el mandato del leonés, le "propuso una alternativa para acabar con los desahucios", propuesta a la que el entonces presidente "no hizo caso". Zapatero no hacía caso prácticamente de nada. Cabe recordar que en aquella época en la que la crisis comenzaba a sacudir con fuerza a los españoles, a ZP no se le podía ni mencionar. La crisis se convirtió en la innombrable durante aquella época que incluso los propios socialistas reconocen mala de solemnidad.

Algo pasa con ZP en las filas socialistas porque en la pasada Conferencia Municipal del PSOE, ni lo miraron. Menuda cara de besugo se le quedó al ex. Ocupó primera fila, sí, pero como si hubiera sido un invitado de piedra. Todos hablaban entre todos menos con él. Y en verdad que se resintió. La otra mañana se analizaron sus gestos en un conocido programa de televisión y así fue. ZP estaba que se reconcomía por dentro y por fuera. Se le notaba, ¡vaya que se le notaba!

Volviendo a lo del lío del desahucio, nada nuevo descubro si digo que las de ZP fueron dos legislaturas perdidas. Encima, internacionalmente, diplomáticamente, fue un desastre. Desastre que llegó, en los días finales de su mandato, a la era Obama. El presidente norteamericano le hizo pagar con la moneda de la indiferencia su plante a la bandera de los Estados Unidos. Hay cosas que todo político que aspire a ser un hombre de Estado no puede ni debe hacer, por obvias razones. Porque la memoria existe. Y hay pasajes que no se olvidan.

González le dio juego, mucho juego a Pepa Bueno. Las entrevistas dulces o pactadas ya no se llevan. A la hora de preguntar hay que ser incisivos y tratar de sorprender al invitado o invitada de turno. Ignoro si las preguntas de Pepa estaban o no pactadas, pero en algún momento sí me pareció apreciar la sorpresa en la cara del expresidente. Por cierto, comparar a González con Iglesias es como comparar a Dios con un marciano. Las comparaciones son odiosas y en este caso más porque, a pesar de la cercanía de ZP e Iglesias, en el PSOE de González que no sé si es el mismo PSOE de Sánchez y Díaz, ciertas veleidades no están bien vistas.

Habrá que estar atentos al "chester" de Pepa, bueno, mejor que al "chester" a cuantos en él quieran ocupar asiento. Eso sí, sabiendo en todo momento que Pepa es muy de izquierdas. No sé hasta qué punto ese detalle "nimio" puede condicionar entrevistas y entrevistados.