El posible descenso de hasta catorce procuradores del PP, en el peor de los casos, y el nuevo varapalo que recibiría el PSOE en Castilla y León -según la primera gran encuesta publicada en la región- ha encendido más alarmas de las que trascienden. Cierto es que se trata de una foto fija y que hasta el 24 de mayo nada hay decidido. Pero no lo es menos que el nuevo escenario político que dibuja el sondeo es la confirmación de un temor que anida en el seno de ambas formaciones, aunque con dispares consecuencias. Porque para los primeros supondría la pérdida de una holgada mayoría absoluta después de lustros de cómo gobierno, mientras que para los segundos sería deslizarse aún más por el turbio pozo de la derrota.

En función de los resultados que vaticina el estudio lanzado por la agencia Ical, la razonable gestión, con sus luces y sombras, no sirve por sí misma para revalidar la confianza y, mucho menos, para cosechar un resultado tranquilizador. Sucede que, como en otros ámbitos de la vida, no solo valdría con dedicarle al oficio las 24 horas del día y hacerlo, además, con escrupulosa responsabilidad y acierto. Hay otros intangibles que, seguramente, no pasen tan desapercibidos a pocas semanas para la apertura de las urnas, como el "marketing" y determinados gestos individuales. Ya se sabe que la política tiene un reverso, a veces cruel, que acaba dando la cara cuando menos te lo esperas, y ello a pesar de presentarse con los deberes más o menos hechos ante un electorado expectante.

El inédito mapa autonómico que vislumbra la encuesta supone también un serio aldabonazo al tradicional bipartidismo, que no se rompe pero que se dejaría en el camino la nada desdeñable cifra de 22 asientos en el hemiciclo autonómico, justo los mismos que los pronósticos conceden en conjunto a las dos fuerzas emergentes: Ciudadanos y Podemos.

Las alarmas se han encendido e intuyo que tampoco aquí se apagarán hasta la noche electoral. Los análisis demoscópicos marcan tendencias, pero, visto lo visto, tampoco resultaría extraño que acaben cumpliéndose.