Nació don Enrique Gil y Carrasco en Villafranca del Bierzo, el día 15 de julio de 1815, fueron sus padres la toresana doña Manuela Carrasco y don Juan Gil, administrador del marqués de Villafranca, motivo por el cual nació en Villafranca del Bierzo.

Inició su estudios en Villafranca del Bierzo con los padres Agustinos, actual IES "Gil y Carrasco", donde permaneció hasta el año 1828, posteriormente, cursó estudios en la fundación benedictina de Vega de Espinareda, para continuarlos en el seminario de Astorga, pasado posteriormente a Valladolid para cursar la carrera de Leyes, que tuvo que interrumpir al ordenar el rey Fernando VII el cierre de las Universidades, pasando a Madrid para finalizar la carrera; sobre este extremo hay serias dudas de que llegara a terminar la carrera de Leyes, pero qué importa.

Vinculado a los liberales por sus ideas políticas liberales y dado su carácter sociable y comunicativo, trabó amistad con don José de Espronceda, su protector, y con Bretón de los Herreros, y acudió al entierro de don Mariano José de Larra como un miembro más de El Parnasillo, acto en el que, como recordarán, se dio a conocer el vallisoletano don José Zorrilla.

Don Enrique Gil y Carrasco era un habitual de las tertulias madrileñas, especialmente del Ateneo y del Liceo, y de todo de cuanto tenía que ver con el mundo literario.

El primer éxito como poeta de Gil y Carrasco fue "La gota de rocío", leída por Espronceda en el Liceo, posteriormente publicó "La campana".

Sabido es que su principal obra literaria es "El Señor de Bembibre", obra esquemática y sobria en retratos y descripciones, que se desarrolla en relación con la historia de amor entre el Señor de Bembibre, don Álvaro, y doña Beatriz, hija única de doña Blanca de Balboa y don Alonso Ossorio, señor de Arganza.

La primera edición se acabó de imprimir en Madrid en el año 1844.

Los protagonistas principales son doña Beatriz y don Álvaro.

Don Álvaro condensa las viejas virtudes del honor, la lealtad y la rectitud moral llevada hasta el máximo. Era don Álvaro gallardo, alto y vigoroso.

Doña Beatriz era de estatura aventajada, de proporciones esbeltas y regulares, blanca de color, con ojos y cabello negro y un perfil griego de extraordinaria pureza. Es la heroína santa e inmaculada.

El conde de Lemos trata de conseguir que doña Beatriz case con él.

"Pasaba el conde de Lemos de treinta años y su estatura era mediana; su semblante, de cierta regularidad, carecía de atractivo, o por mejor decir, repulsaba por la expresión de ironía que había en sus labios delgados revestidos de cierto gesto sardónico; por el fuego incierto y vagoroso de sus miradas en que no asomaba ningún vislumbre de franqueza y lealtad y finalmente por su frente altanera y ligeramente surcada de arrugas, rastro de pasiones nteresadas y rencorosas, no de la meditación ni de los pesares".

Como se puede apreciar, don Enrique Gil y Carrasco crea un malo realmente malo pues, como puede apreciarse, cada rasgo en el conde de Lemos es peyorativo.

Es una novela llena de intrigas y sucesos, situada en el siglo XIV. La muerte del conde de Lemos parece el inicio de un desenlace feliz. Mediante una bula papal se consigue deshacer el vínculo de don Álvaro (mantenía votos religiosos) con la Orden del Temple y cuando ya la felicidad de doña Beatriz y don Álvaro estaba a su alcance muere doña Beatriz, en plena juventud, aunque consigue casarse con don Álvaro. Se pone fin así a la estirpe de una familia, lo que lleva aparejada la extinción de la Casa Ossorio:

"Quedó un vivo cuanto doloroso ejemplo de la vanidad, de la ambición y de los peligros que suelen acompañar a la infracción de las leyes más dulces de la naturaleza".

Don Álvaro, después de la muerte de doña Beatriz, recibe el hábito de San Bernardo.

La vida bohemia de don Enrique Gil y Carrasco cambia totalmente con el nombramiento como presidente del Consejo de Ministros de su amigo don Luis González Bravo, que le da el cargo de secretario de la legación española en Prusia, como parte de las maniobras del Gobierno para hacer valer internacionalmente la monarquía isabelina.

Fallece don Enrique Gil y Carrasco el día 22 de febrero de 1846 en la soledad de su piso berlinés, donde una placa conmemorativa recuerda estos hechos desde el año 2000.

Las obras de don Enrique Gil y Carrasco pueden agruparse en tres órdenes: poesía, crítica y narración.

Su poesía es subjetiva, espiritual, vaga, melancólica, sencilla y delicada. Como crítico se constata agudeza en los análisis y como narrador presenta tipos como el pastor trashumante, el maragato, el segador gallego y diversidad de costumbres de varias regiones españolas. Su obra "Bosquejo de un viaje a una provincia del interior" se centra en León, Astorga y en su Bierzo natal.

Ahora, solo nos resta sumergirnos en la novela "El Señor de Bembibre" y visitar El Bierzo. La primavera es una buena estación, y acercarnos a Cacabelos, donde hay excelentes vinos; visitar el Palacio de Arganza; Villafranca del Bierzo, para visitar la Calle del Agua, La Colegiata, convento La Anunciada, su Castillo; Ponferrada con su Castillo Templario, sus museos, la propia casa de don Enrique Gil y Carrasco, en la plaza del Ayuntamiento, Las Médulas; Astorga, su Catedral, su Palacio Episcopal, Museo del Chocolate, etc? , Castrillo de los Polvazares,? hay visitas para un largo fin de semana comenzando el jueves?

La gastronomía excelente, en calidad y cantidad. El rico botillo.

No se olviden, por favor, de visitar el Castillo de Cornatel, en Priaranza, castillo que tuve la suerte de visitar de la mano de un gran amigo berciano, don Juan José Fernández Rodilla, buen conocedor de El Bierzo; les aseguro que conoce los lugares más recónditos de El Bierzo y su historia mejor que nadie, y, siempre que nos invita a pasar un fin de semana a esas queridas tierras, nos sorprende con la visita a nuevos lugares y figones, pues, no en vano, es buen amante del buen vino y de la buena mesa.

Previamente a la visita, les recomiendo la lectura de "El Señor de Bembibre", Edición del II Centenario 1815-2015, Edición Especial - Ilustrada con 21 láminas exclusivas de Juan Carlos Mestre.

Disfruten con su lectura, pues es la mejor de las novelas históricas españolas, y nos permitirá pensar y reflexionar sobre lo bueno y lo malo, en definitiva, el camino a seguir.

Pedro Bécares de Lera (Zamora)