A diferencia de lo que reza la letra del famoso tango de Alfredo Le Pera, inmortalizado por Gardel, en buena parte de los pueblos y ciudades de España, los hombres no tienen miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con sus vidas. Ni con el pasado ni con el presente. Tres décadas han transcurrido desde aquel 7 de marzo de 1985, fecha en la que se celebró la primera caravana de mujeres al pueblo oscense de Plan. Ochenta mujeres se liaron la manta a la cabeza, cogieron el hato y el coche de línea en busca de marido entre aquellos mozos del pueblo que para nada querían quedarse célibes. De aquel acontecimiento salieron un buen número de parejas.

Pues bien, al cabo de treinta años, la historia se repite. Solo que esta vez el destino es Mérida. La fecha el próximo 18 de abril. Lo de Plan fue en el siglo XX. Lo de Mérida en el siglo XXI. Por lo que veo, las cosas no han cambiado mucho. Son necesarios estos reclamos para casar al personal. Entonces por la Iglesia casi en exclusiva, ahora por la Iglesia, pero también por el Ayuntamiento de la localidad, donde cualquier concejal, desde el primero al último, puede casar al personal.

Treinta años no es nada. Si será así que no se ha encontrado fórmula mejor. Y eso que ahora, merced al fenómeno de la inmigración, las parejas mixtas proliferan sin necesidad de caravanas de este o de cualquier otro tipo. Bien es verdad que hay que hacer honor a la verdad y decir que la futura caravana a Mérida ha generado polémica porque, al parecer, la idea ha partido de un hotel que quiere hacer negocio con el asunto. Cincuenta y cinco mujeres para cincuenta y cinco solteros, en una jornada que incluye "Comida, cena y discoteca" por cincuenta euros de vellón. Parece que el problema viene dado porque lo de comida, cena y discoteca puede muy bien disfrazar el verdadero significado de la oferta, es decir, "la ducha, la cama y el yes very well". Y porque la idea ni ha partido del ayuntamiento ni de ningún grupo de solteros con necesidad de compañía, más allá de una noche de primavera.

Vamos que lo de Plan, que forma parte de la historia de la España profunda, se ha desvirtuado bastante. Parece ser que ya hay 55 mujeres apuntadas, cuya procedencia es la capital de España. La mayoría de los hombres que han inscrito su nombre en nómina tan particular son de Extremadura pero también hay un casto varón de Jaén que se ha apuntado a ese bombardeo.

Aquella historia cinematográfica de "Siete novias para siete hermanos" sigue vigente, pero sin rapto. Es decir, más en consonancia con los tiempos. Aplicando la ley de la oferta y la demanda. Claro que peor fue el rapto de las Sabinas. Si aquel episodio mitológico ha prevalecido hasta nuestros días, ¿por qué no lo de Plan y ahora, próximamente, lo de Mérida? Todos conocemos el testimonio de excepción del pasado romano de la ciudad de Mérida.