En 1823 Francia envió un ejército de unos cien mil hombres, en el que había muchos españoles, con el fin de ayudar al rey de España de la época, a dar un paso atrás en la evolución de la sociedad. En concreto para volver al Antiguo Régimen (conservadurismo) contra el liberalismo que se había fortalecido con las Cortes de Cádiz, contagiado paradójicamente de la Revolución Francesa (1789).

Fueron conocidos como los Cien Mil Hijos de San Luis.

Marhuenda a su vez, ustedes saben, es el director del periódico La Razón, que se ha hecho famoso por convertirse, con el señor Inda (de El Mundo), en enemigos rabiosos de Pablo Iglesias y Podemos, o viceversa.

Hasta ahí, todo normal, pero me vino el título de esto que sigue a raíz de la comprobación del innumerable número de espontáneos antiPodemos que han surgido por doquier, y cuyos ataques y razonamientos no voy a recordar por razones de espacio.

Pero sí quiero pararme en uno de los razonamientos más alambicados que contra Podemos han surgido.

Dice ese argumento lo siguiente: Ante la crisis voraz, salvaje y dañina que asola al pueblo español era de esperar que una fuerza realmente transformadora, contundente y eficaz, como es IU, creciera y se convirtiera en una alternativa de poder (rompiendo el biRRepartidismo, añado yo). Tal situación empezó a ser confirmada por las encuestas, que auguraban a IU en las Europeas, antes de que existiera Podemos, un 15% de apoyos sociales.

Entonces, como ya le había ocurrido en otras ocasiones al PCE o a IU, el poder activó un plan para romper ese ascenso imparable.

En esta ocasión consistió en que, previamente, y por si las moscas, habían estado paseando por todas las televisiones a un chaval que se desenvolvía muy bien (Pablo Iglesias) para que recogiera simpatías. Entonces, al crecer tanto IU, lo desempolvaron, le dieron alas y apareció Podemos, cuya misión sería convertirse en el PSOE bis (o en la Falange A, según gustos) y así ganar, el poder no Podemos, otros cuatro años para acabar de machacar a la clase trabajadora.

No seré yo quien lleve la contraria a quienes mantienen esta teoría, pues algunos son gente próxima y de gran preparación intelectual.

Pero las teorías hay que demostrarlas, y en este caso invito a los que mantienen la descrita, a que expliquen estos cabos sueltos.

Si el poder había maquinado una operación así de buena, es de suponer que previamente haya infiltrado (topos) gente en IU para que desde dentro funcionara lo de fuera.

Es decir, cuando Pablo Iglesias propuso a IU propiciar una unión de rojos para ir a las Europeas y solo puso como condición que la lista se confeccionara mediante las llamadas "primarias abiertas", algunos dijimos que había que aceptar porque lo peor que nos podía pasar (que ganara Pablo) era lo mejor.

Sin embargo no se nos hizo caso; vamos que ni se nos consultó a ver si éramos más o menos. Y lo peor de eso es que si se hubiera dicho lo que decíamos algunos, el poder no habría podido crear Podemos (que hay que recordar que nace después de que IU le dio con la puerta en las narices a Pablo Iglesias y lo que había con él).

De lo que se deduce que si es cierta la tesis de que Podemos es un invento del poder, hay que aceptar que el poder tiene infiltrados en IU que fueron cooperadores necesarios para lanzar el torpedo contra la verdadera izquierda.

No me lo creo. En IU no hay traidores, hay buena gente que a veces se equivoca, y como todo el que tiene buen corazón, antes de reconocer su error, cuenta una historia historiada, como el niño que rompió el jarrón chino regalo de boda de tía Ruperta, simplemente para que le sigan queriendo sus padres.

Critiquemos a Podemos, como a cualquier otro, en lo que sea menester, y por lo demás esperemos.