2015 será un hito en materia de comunicaciones en Zamora. Por fin llegará el AVE a la capital y se completará la autovía que nos conectará con Benavente, con lo que las dos infraestructuras supondrán un antes y un después en la historia de esta provincia. Así lo perciben muchos zamoranos, que ven el AVE como la infraestructura de mayor importancia para Zamora en los últimos cien años. Y el caso de la autovía hacia Benavente, tres cuartos de lo mismo. No es de extrañar, por tanto, que todos estemos expectantes por lo que realmente van a significar ambas infraestructuras para el desarrollo económico, la creación de empleo y la cohesión territorial de Zamora. Si nada se tuerce, todo indica que estamos en la antesala de un nuevo ciclo histórico. ¿Pero realmente será así? Veamos.

Con respecto al impacto del AVE, ya he escrito que en más de una ocasión que las experiencias de las ciudades o capitales de provincia por donde ya lleva circulando desde hace años no ha sido tan significativa como algunos quieren hacernos creer. El caso más llamativo es el de Ciudad Real, por donde circula el AVE desde 1992. Pues bien, si tomamos como referencia la evolución de la población en esa ciudad desde esa fecha hasta 2014 y se compara con la del resto de capitales manchegas, es "sorprendente" comprobar que Ciudad Real registró un crecimiento demográfico del 29,7%, inferior al crecimiento que registraron Guadalajara (30,2%) y Toledo (37%), y muy similar al de Albacete (26,3%) y Cuenca (28,6%). Y hay un dato muy revelador: Puertollano, con una parada del AVE en su camino hacia Sevilla, ha pasado de tener 51.501 habitantes en 1992 a 50.608 en 2014; es decir, ha perdido 893 habitantes desde que el AVE cruza la localidad. Además, desde esa fecha encontramos cuatro municipios de Ciudad Real que han aumentado su población en mayor medida que la capital.

Y sobre el previsible impacto que tendrá la autovía a Benavente, poco que decir: ya tenemos la experiencia del resto de autovías que cruzan la provincia desde hace varios años. ¿Recuerdan qué cosas nos contaban los dirigentes y responsables políticos, empresariales y sindicales hace más de dos décadas? Que la ausencia de autovías era la causa fundamental del atraso de Zamora. Pero llegaron. Los primeros kilómetros de autovías atravesaron el norte de la provincia en los tiempos de los sucesivos Gobiernos de Felipe González. Y luego se completaron las autovías que unieron Zamora con Valladolid y Salamanca. ¿Y qué ha sucedido? Que los polígonos industriales, las iniciativas de empleo y la población no crecieron como nos habían hecho creer. Al contrario: los recursos demográficos han menguado (cada vez somos menos), la población ocupada es inferior a la de hace varias décadas y los polígonos industriales que se iban a levantar a diestro y siniestro por todos los rincones de la provincia siguen esperando la llegada de nuevos emprendedores que quieran instalarse en estas tierras.