Pues claro que este no es el mejor momento de activar la xenofobia. Por muchos motivos que los yihadistas nos den, no se puede atizar el fuego del odio como hacen justamente aquellos a los que criticamos y cuyas acciones mortales rechazamos de plano, sin ambages, llamándolas por su nombre. Cierto que más que un acto terrorista el ocurrido en la redacción del semanario satírico "Charlie Hebdo" fue una ejecución en toda regla. Es verdad que resulta prematuro hacer un análisis en profundidad sobre las consecuencias del criminal atentado en París, pero es prudente evitar que la islamofobia siga ganando terreno en buena parte de los países de la Europa que nos es común.

Estoy completamente de acuerdo con aquellos periódicos tanto europeos como de otros continentes, al igual que lo estoy con buena parte de la sociedad europea, que no se muestran dispuestos a permitir que los kalashnikov de los terroristas islámicos impongan ninguna clase de censura. Adiós a la libertad de prensa y a la libertad de expresión como el miedo, no obstante libre, haga mella en periodistas, humoristas, gráficos y editores.

Es incomprensible que se pueda hablar de Cristo, del papa o de Buda sin complejos y a veces duramente y no se pueda hacer lo propio de forma satírica no ya contra Alá y su profeta Mahoma, sino contra quienes interpretan el Corán y aquellos que hacen de una religión una tortura. No creo que Alá sea más grande tras cometer el terrible atentado de París. No creo que su profeta se muestre muy orgulloso del acto. Las religiones no potencian ni predican el odio. Son los hombres los que hacen interpretaciones interesadas.

El de "Charlie Hebdo" no ha sido el único atentado islamista contra un medio de comunicación. Los rotativos que osaron reproducir algunas caricaturas de Mahoma también pagaron las consecuencias en Dinamarca, en Italia y en Estados Unidos. Bien es verdad que con gente tan sumamente fanática no es necesario realizar caricatura alguna, cuando encuentran el momento propicio para atentar lo hacen de forma brutal. Pero es bueno saber que algunos medios árabes han tenido y tienen palabras de censura y rechazo para el atentado de París. No podemos permitir que la intolerancia nos contagie y estrangule la convivencia y la paz social. Pero también debemos ser rotundos y contundentes en el rechazo a esta forma de "diálogo" entablado por las balas contra la libertad.

Lo ocurrido en Francia puede ocurrir también en España donde ya tenemos experiencia sobrada. Que la barbarie de una pequeña minoría no nos intimide. Sigamos haciendo de la libertad la norma democrática por excelencia y más que nunca, hoy, todos seamos Charlie.