Permítanme este cortometraje antes de la película: La economía no es una ciencia exacta que anuncia que si el triángulo es rectángulo, entonces, aunque no quieras, la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa.

Y al no ser una ciencia exacta permite hacer trampas según los intereses políticos que se tengan. Por eso he tenido ocasión de ver a varios "economistas" decir muy seriecitos que la bajada de 9.000 millones en impuestos es buena, porque así queda más dinero en el bolsillo de los ciudadanos y se anima el consumo.

Y todo ello dicho con una solemnidad que oculta que si en vez de bajar esos impuestos se repartieran los nueve mil millones subiendo pensiones míseras, también estaría ese dinero en el bolsillo de los ciudadanos y también mejoraría el consumo.

Lo que pasa, claro, es que es mejor hacerle la pelota a los ricos (los que ganan con la bajada de impuestos) para llegar a ser así un economista con economía saneada.

Obedecer es poder, que decía Agustín García Clavo.

Y vamos con eso de que "las deudas hay que pagarlas". Y que si no lo haces es peor.

Es cierto que lo lógico es pagar las deudas, pero no hay ninguna ley que obligue a pagar si eso te ocasiona un perjuicio extremo: morir de hambre, o de frío o de miseria.

Entre familiares y amigos hay préstamos que no se devuelven porque no se pueden devolver y sin embargo el acreedor no mata al deudor. En la pequeña y mediana empresa saben de sobra de deudas impagadas. Si el cliente es insolvente te quedas sin la pasta, y nada permite al acreedor matar al deudor.

Miles de empresas subcontratadas están arruinadas porque la empresa grande que les contrató se ha arruinado y no paga el trabajo que le hicieron los pequeños (ni material, ni mano de obra), y la ley no autoriza que se saquee al que no paga.

Cuando una empresa entra en Concurso de Acreedores incluso se hacen quitas (se acepta reducir el pago de parte de lo que debe a cambio de dar por zanjado el asunto). Es decir el pez gordo no paga su deuda y sin embargo la ley no le atosiga toda la vida hasta que pague. Esa es la realidad.

En Zamora el dueño de Gamar y el dueño del fenecido periódico "El Adelanto" no pagan lo que le deben a sus trabajadores, y no les pasa nada.

Entonces, si un país no puede pagar su deuda por ser descomunal ¿por qué habría de ser sacrificado? ¿No debe un país ser tratado al menos como una empresa? ¿O como un particular? ¿Por qué la ley le va a obligar a renunciar a la comida, la energía, la salud, la vida de sus gentes, con tal de pagar una deuda generada por gobernantes maulas cuando no cómplices de los banqueros?

Decía el Padre Nuestro antiguo: "(Dios) Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestro deudores". Ahora ya le han cambiado "deudas" por "ofensas". Y acabarán prohibiéndolo por subversivo.