Y a mí qué, si el candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni, quiere que la Ciudad Condal comparta la cocapitalidad de España con Madrid. ¿Cómo puede este señor realizar propuesta semejante? ¿Y cómo puede Pedro Sánchez, al que tengo por cabal, callar y por lo tanto otorgar semejante posibilidad? Pero, ¿en qué cabeza cabe? Como este disparate hay otros muchos con los que se quiere parar la rueda puesta en marcha por Mas rumbo hacia el independentismo. No cabe más necedad. Esta gente se ha vuelto loca o lo parece. Lo grave es que el líder general de los socialistas le haga el juego a un señor que no tiene ni zorra idea de la importancia que tiene para la propia España, para Cataluña, para Europa y para el mundo la unidad de España.

Por otro lado, en qué cabeza cabe darle a Barcelona la cocapitalidad de España, palabra prohibida y repudiada donde las haya, cuando Cataluña no quiere ser España, no quiere formar parte del territorio español. No está tan lejos el día en que dos millones de catalanes decidieron votar a favor de no ser españoles. Cómo se le puede dar la cocapitalidad de España a una autonomía donde no se ven banderas de España. Y no solo eso, a una comunidad autónoma donde no se habla español puesto que se trata de un idioma "menor" como dijo una lumbrera catalana, y donde se multa a las empresas y comercios que tienen la osadía de rotular en español lo que venden o lo que promocionan, y donde cuando aparece el rey de España, llámese Juan Carlos o Felipe VI y se intenta poner el himno de España, se les somete a una pitada mayúscula. Cómo es posible que el señor Sánchez admita esta proposición auténticamente deshonesta.

Eso sí, en Barcelona no hacen ascos a que el Barça siga jugando en la Liga española. Lo que no entiendo es cómo no han pedido todavía a los directivos del Club Deportivo Español que hagan el favor de cambiar el nombre al club, y eso a pesar de ser el sexto club deportivo más antiguo de España. No tiene sentido la propuesta de Collboni. Y todos los buenos socialistas que en España son, y que son muchos, no pueden consentir esta especie de fragmentación que para dar gusto a unos pocos, tienen que consentir todos los demás. Cataluña no vale la fragmentación de España y de sus instituciones. Es que no tiene lógica después de todo lo que ha pasado. Yo no sé si el personal se ha vuelto loco o está en pleno proceso hacia la locura, por cierto contagiosa, y que puede acabar siendo colectiva. Vamos camino de que a España no la conozca ni la madre que la parió. Todos estos salvadores de la patria que le están saliendo a España me producen, no miedo, no hay que ser cagones, me producen desconfianza y mosqueo. Hay que ser más serios para que a algunos políticos se les tome en serio. No basta con lucir una sonrisa "profidén".