Rajoy ha desempolvado el casco de guerra y ha ordenado engrasar la maquinaria electoral del PP, que es maquinaria bélica de precisión. El mariscal de Génova se ha rodeado de un equipo de estrategas para diseñar el plan de ataque a Zapatero y a lo que se ve le va a ir a buscar de frente, por el centro, no desde el aire ni por los flancos. Sólo así se explica el perfil moderado de los miembros de su cuartel de campaña, en su mayoría jóvenes, con mucha mujer, sobrada preparación y experiencia gestora. O sea, que cañones y mantequilla. De ese grupo saldrán, en el futuro, ministros. Y tres zamoranos en el cónclave popular: Folgado, Ana Pastor y la alcaldesa Valdeón para marcar el camino a la fiel infantería. Ahora sólo falta que den orden de apagar el fuego amigo, el más enemigo de los fuegos cuando es cruzado.