En momentos como los actuales, no se puede seguir apretando a los ciudadanos, a su bolsillo, desde todos los ángulos como se sigue haciendo. Mientras la casta política sigue disfrutando de sus privilegios, y mientras se recorta de la educación y la sanidad, a los españoles de a pie se les vuelven a subir los impuestos, se les avisa de que sueldos y pensiones se congelarán en el mejor de los casos para el año próximo, y aun se pretende ahora multar más a los conductores que todavía pueden o tienen que permitirse el lujo de rodar por el asfalto. El ansia de recaudar es una obsesión de la Administración, de todas las administraciones, como el único recurso y utilizado siempre contra los mismos.

No hace muchos días, precisamente, se comentaba aquí como una sanción de tráfico de 30 euros en Alemania pasaba a ser en España de 200. Y esa enorme diferencia, en un lugar donde el salario medio dobla al español. Por cierto, que a través de las declaraciones de la renta se ha comprobado que casi la mitad de los trabajadores no es que sean mileuristas sino que ni siquiera llegan a esa cantidad mensual. Pues bien, a toda la sangría que le cae encima al propietario de un vehículo hay que añadir el anuncio de que se van a enviar, o ya se han enviado, cartas a todos aquellas personas que no tienen actualizada la revisión de la ITV de su coche, recordando tal circunstancia y amenazando con multa de 200 euros si no cumple enseguida con la obligación, dando igual que el vehículo se utilice o se tenga en el garaje sin usar.

O sea, es una especie de medida preventiva, con un fin claro: el meter más dinero en la caja pública para compensar, parece ser, que actualmente se producen menos infracciones y por tanto menos sanciones, debido por una parte a la concienciación de los conductores y por otra a la evidente menor circulación que existe ahora en carreteras y autovías, por la crisis. Aparte de lo injusto que es multar con cantidades tan altas en un país de salarios tan bajos, y eso los que tienen salario. Ya se sabe que hay gente que conduce sin pasar la ITV y otros sin seguro de ninguna clase. Pero lo cierto es que este asunto de las revisiones oficiales de vehículos se ha ido desmandando, y ha dado lugar a conflictos de todo tipo, ante una situación que muchos entienden como de abuso y que para lo que más sirve es para meter mucho dinero en las arcas de las comunidades autónomas que son las grandes beneficiarias del servicio.

Una solución más sencilla es la que proponen los concesionarios de coches, pidiendo que cada vehículo pase la revisión en los talleres de su marca. Hace tiempo que llevan aireando esta reivindicación tan lógica y ahora parece que, por fin, el Gobierno está dispuesto a liberalizar el sector y a dar licencias a los talleres para que puedan realizar la ITV. Una revisión por cierto, muy poco exigente en lo técnico, pero con condiciones administrativas realmente leoninas. Precisamente eso, el abaratamiento de los precios, así como una mayor agilización en el trámite, es lo que se pretende.

Pero, ojo, que ahí se topa con las comunidades autónomas que son las que tienen las competencias y exclusivas sobre esta materia, un chollo económico al que no van a renunciar así como así.