Los efectos perversos de la crisis económica y el alto índice de desempleo tiene en las drogas, tanto venta como consumo, un preocupante refugio para los jóvenes. Un informe de la Comisión Europea señala que la falta de recursos económicos y el desempleo está haciendo que aumente el número de jóvenes que vende e incluso produce drogas, especialmente el cannabis cultivado en casa. Donde antes se cultivaba perejil o pequeñas plantas de tomates «cherry» que se mostraban con orgullo a vecinos y amigos, hoy se cultivan drogas ilícitas, sobre todo cannabis, cuyo negocio generó entre 7.000 y 10.000 millones de euros en 2010. La valoración hecha por la CE del tamaño del mercado en toda la Unión Europea, España incluida, no es baladí. Y sin declarar beneficios a la Hacienda Pública.

Señor Montoro, menos mirar con lupa a los del sueldico sin más pretensiones y más poner su atención en el negocio del cannabis y otros negocios que están enriqueciendo a gente sin escrúpulos que, para más inri, se llevan el dinero fuera o fuera lo invierten que tanto da. Y no me venga con que hay que investigar. ¡Como que Guardia Civil y Policía Nacional no conocen la ubicación de estas plantaciones semi escondidas en huertos donde, entre patatales y tomatales, crece alegre el alegre cannabis y otros primos hermanos de esta especie herbácea con propiedades psicoactivas! Tengo para mí que ni el hambre ni la falta de empleo justifican esta modalidad empresarial que genera pingües beneficios entre aquellos que se dedican a su cultivo y comercialización donde Internet juega un papel fundamental. Más trabajo para Policía y Guardia Civil que son los que permanecen vigilantes para que ciertos negocios indeseados no prosperen.

Claro que, con tanto trabajo como dan los políticos a ambos cuerpos, lo mismo no hay agentes suficientes para el control de este negocio descontrolado que incluso ha dado lugar a la creación de clubes sociales, concretamente en España, aprovechando el vacío legal existente entre la prohibición del tráfico de drogas pero no del consumo privado o del cultivo para uso personal. Precisamente España focaliza la atención de la CE quien estima que en España habría entre varias docenas de estos clubes hasta un máximo de 300, la mayoría de ellos radicados en Cataluña y Vascongadas, siempre tan adelantados ellos, últimamente más en lo malo que en lo bueno. Estos clubes tienen unos márgenes de negocio muy generosos, ya que la producción de un gramo puede costar entre dos y tres euros, mientras que los precios cobrados a los miembros del Club y a los que no lo son oscilan entre los seis y siete euros. ¡Señor Montoro, y usted sin enterarse de semejante fuente de ingresos fijos para la caja de todos, que no es precisamente una caja de ahorros!

El asunto no es como para tomárselo a broma. Según la vicepresidenta de la Comisión, el suministro está en función de la demanda, y dado el aumento del número de consumidores, el mercado de las drogas ilícitas está aumentando considerablemente en la UE, de la que también forma parte España que no se queda manca en materia tal. La ampliación de la UE y el mercado común se apuntan como una de las causas que favorecen el aumento del consumo de drogas y una mayor sofisticación y diversificación de la oferta. Lo tremendo es saber que muchos jóvenes se hacen «camellos» para luchar contra el desempleo y la falta de recursos. ¡Lamentable!