La que se avecina para 2013 nos tiene que pillar preparados. Sí, sí, preparados no solo para subir de la mejor manera posible la empinada cuesta de enero que se nos viene encima, también todo lo demás. Y lo demás es pistonudo. Cuando 2013 asome su faz sonriente de recién nacido, estaremos ajustándonos de nuevo el cinturón, realizando grandes esfuerzos económicos para poder llegar con dignidad a fin de mes. De esto podemos dar lecciones prácticas los españoles, entre ellos miles de zamoranos.

El panorama que se divisa en lontananza no puede pintar peor. Estoy en condiciones de poder aventurar un encarecimiento prácticamente generalizado del precio de bienes y servicios. Póngase en lo peor en cuanto a energía y agua, peajes, impuestos especiales (lo siento por los fumadores), bienes inmuebles, transportes (Renfe baraja ya subir un 6% el billete de cercanías y de regionales convencionales), vestido y calzado, alimentación y bebidas no alcohólicas y enseñanza. ¿Hay quien dé más? ¡Hagan juego, señores, la banca siempre gana!

La factura de la electricidad es la que nos va a traer de culo y cuesta arriba, con perdón por la vulgaridad de la expresión. El Gobierno nos va a aplicar a partir del 1 de enero el dichoso peaje progresivo ese que se ha sacado de la manga y que, según ellos, establecerá un recargo a aquellas familias que consuman más ¿Y eso cómo se mide? Donde sean muchos de familia y haya que poner muchas lavadoras, muchas planchas y darle, por cuestión de estudio o de trabajo, al ordenador todo el santo día, aviados van. El peaje de la electricidad por un lado y el de carreteras de peaje dependientes de la Administración General del Estado por otro. Habrá que pagar un 2,4% más.

Agárrese porque vienen curvas pronunciadísimas, como la de los Bienes Inmuebles que sufrirá la mayor subida de los últimos tres años. El de vehículos subirá un 2% al igual que el de Actividades Económicas, por lo menos en lo que a Madrid respecta. Claro que Zamora no se va a librar de subidas locales a tutiplén. En transportes la subida se cifra en torno al 10% que me parece un abuso, porque ya hemos tenido que sufrir gravámenes a lo largo de este año que se va.

El vestido y el calzado están por las nubes. Y dicen los que entienden de estas cosas que 2013 será el primer año en el que aquellos que esperaban las rebajas de invierno para renovar su armario, tendrán que renunciar a las mismas porque, según dicen, de rebajas tendrán poco. Espero que eso solo ocurra en Madrid y Barcelona. O en Bilbao y Sevilla. Lo cierto es que lo único positivo es que podremos encontrar ofertas y promociones durante todo el año, aunque poco podremos beneficiarnos de las mismas.

Lo verdaderamente imperdonable es que los bienes de primera necesidad, es decir, la alimentación, y no hablo de caviar beluga ni de angulas, sigan encareciéndose de la forma escandalosa que todos sufrimos. La alimentación forma parte de los gastos fundamentales de nuestro presupuesto y si la cosa sigue el crescendo actual, si hay para pan no habrá para pagar recibos como el de la luz y las tasas municipales. Ya puede el Banco de Alimentos llenar sus estanterías porque acabaremos todos por convertirnos en clientes. Aceite, leche, carne y hortalizas van a subir como la espuma. Mire usted y no sigo porque me pongo de mal humor. Por si acaso, que no nos pille con el pie cambiado. Esperamos lo peor. Pero, por favor, que nos pille preparados.