Uff! Un «marrón» que nos hemos quitado de encima y un problema menos que tenemos. Desde que la anterior subdelegada del Gobierno de Zapatero echó a los «okupas» de la cárcel porque se dedicaban a actividades culturales marginales sin orden ni concierto? Pasado un tiempo en que la nueva subdelegada del Gobierno de Aznar se haya hecho la sueca después de haber comprometido desde la oposición darle una utilidad al edificio abandonado? Aunque la sociedad civil haya presentado un proyecto de rehabilitación y uso de la antigua prisión como casa de las artes con el apoyo de los artistas zamoranos? Al final es la sociedad mercantil la que, siguiendo la senda de la película «Celda 211», viene con sus cámaras a utilizar la abandonada cárcel de legendario pasado de guardiana de curas obreros, comunistas y vascos, como plató de cine.

Según informa este diario: un director de la tierra o sus proximidades, Gabriel Velázquez, va a rodar en la cárcel algunas escenas de la película «Ártico», que nos pondrá de nuevo si hay suerte en las pantallas de toda España, aunque toda España no se entere de que se rueda en Zamora.

Todo ello en las fechas en que desde la Diputación -que dice que paga aunque el dinero es de todos- y el Ayuntamiento -que acompaña en las fotos- se afanan en la feria de turismo interior Intur en vender el penúltimo eslogan, «Shopping» y algo más en inglés; que se compagina con «desconocida, perfecta»; que sustituye al anterior, «líquida», y a otros anteriores «con los cinco sentidos», hasta el más remoto de las pegatinas de coches «perla del Duero», y el legendario «no se ganó en una hora»? Que ahora según me vienen a la cabeza todos juntos, más el disputado «zAMORa, de la a a la zeta», parecen más relacionados con anuncios de la sección de contactos de un periódico que lemas de turismo para una ciudad tan semanasantera como es Zamora. En fin, cosas de la publicidad y sus contradicciones freudianas.

Pero al margen de vender o «shoppingar» Zamora, lo cierto es que sin darnos cuenta nos vamos quitando el problema del edificio vacío de la cárcel, que se podría dedicar a plató de cine para siempre. Incluso se podía hacer un parque temático de la prisión, como han hecho en las ciudades del Oeste de Almería, en este caso en una ciudad del Oeste, Zamora, por razones geográficas. Que no hace falta tampoco que haya más delincuentes, de la misma manera que en Almería no hay más vaqueros: para suplir la realidad con la imaginación, ya está el cine.

Y es que no es la primera vez que en Zamora se convierte en plató de cine una infraestructura abandonada. Sin necesidad de recurrir al Cronista Oficial de la Ciudad, que escribe por aquí cerca, recordamos que a los tres años de cerrarse la vía del ferrocarril Ruta de la Plata se filmó «El Lute, camina o revienta». Y ahí tuvo la ciudad su momento cinematográfico de gloria, aunque solo de un merchero poco más que robagallinas se trataba. Lo mejor es que la realidad superó a la ficción, y su vida acabó como en las pelis de antes: felizmente reinsertado y defendiendo como abogado a los compañeros de fatigas y hambre de justicia.

Pero si se trata de una película con robos más modernos, tenemos todo un banco, el edificio también abandonado del Banco de España; que ahí sí que pueden rodarse escenas de atracos financieros, burbujas económicas y hasta fugas de capitales.

Platós históricos no faltan a nada que nos alejemos en el tiempo hasta la Edad Media y nos acerquemos hasta el Castillo, la Muralla y la Catedral, que bien podrían compatibilizar su escaso uso turístico y festivo, o religioso, con la ilusión del cine. El Siglo de Oro -¿o ya no existe?- de nuestra Historia, bien podía recrear en el plató de la Universidad Laboral la duración de la obra de El Escorial, camino de ser superada en el tiempo por la del Centro de Congresos.

No hay zona de Zamora, si está abandonada, que no pueda convertirse en un plató de cine. Sin ir más lejos, algo así ha hecho la alcaldesa con la calle de Santa Clara, donde unos carteles han recreado el escaparate de una ciudad hermosa y hasta pujante, donde había y sigue habiendo solo comercios vacíos y abandonados.

Tengo la sensación de que todos los edificios públicos cerrados o casi vacíos podían ser plató de películas de misterio como «Los Otros», sin que supiéramos muy bien quienes son los muertos y los vivos.

Aunque para vivos, yo no sé mucho de pelis, pero a nada que se deje volar la imaginación, no faltarían protagonistas y extras para una de la mafia y corrupción, con los actores y los extras a modo de plató vivo del olvidado Caso Zamora.

También podrían ser platós de series de televisión: «La Residencia», en la «grillera» abandonada del CEI; «El orfanato», en el abandonado hospicio de El Tránsito? Por edificios vacíos no va a quedar. Por imaginación, tampoco.

Hay que echarle imaginación y ganas de vivir otra historia diferente para que la ciudad de Zamora no acabe siendo un falso y acartonado plató de cine, sino que sea una ciudad de cine. Sin ironía. Sin trampa ni cartón.