Ahora, turno de los presupuestos locales, los del Ayuntamiento de Zamora, que parecen hechos con el mismo patrón que los del Estado y los de la comunidad de Castilla y León. Recortados y ajustados en algunos capítulos mientras se mantienen los mismos gastos innecesarios de siempre, sobre todo los que afectan a los políticos. Unas cuentas optimistas que incluso prevén llegar con superávit al final de 2013 gracias a la sangría que se efectuará sobre los vecinos de la pequeña ciudad a base de impuestos, tasas y tributos con los que se pretende recaudar dos millones de euros más.

Así da gusto. Y sin embargo, letra y música suenan a viejo, a otros presupuestos nunca cumplidos porque las cosas luego no resultan tan fáciles como algunos creen. Para empezar, porque el Ayuntamiento arrastra una deuda de 32 millones de euros que hay que ir pagando. Y porque el rigor que se anuncia por el edil correspondiente a la hora de cobrar impuestos y multas es el mismo que cada año por estas fechas se proclama autoritariamente para atemorizar a la población pero que siempre queda en nada, entre otras razones porque de donde no hay no se puede sacar.

Uno de los objetivos de las cuentas municipales es mantener a toda la plantilla de personal e incluso crear empleo gracias a un plan cofinanciado por la Junta, y otra de las metas es la atención social permanente a las situaciones de mayor riesgo o vulnerabilidad. Encomiables propósitos si se tiene en cuenta que el Gobierno piensa reducir en el año próximo el empleo público y las previsiones de paro se sitúan en los seis millones. En cuanto a la atención social, es lo menos que se puede hacer cuando el Gobierno sigue día a día entrando a saco en la sanidad, la educación y la justicia. Pero, eso sí, aquí, en la región y en el país, la casta política y sus privilegios, intocables. Los dos millones de superávit se esperan sacar de los impuestos, no de prescindir de concejales de pago, o de cargos de confianza, innecesarios por entero cuando se cuenta con una suficiente plantilla de funcionarios.

A los grupos de la oposición, naturalmente, no le gustan estos presupuestos, ni de qué manera ficticia se cuadran, y desde el PSOE se recuerda un dato tremendo: que solo en pagar los intereses bancarios habrá que invertir 4.000 euros cada día. También achacan al equipo de gobierno haberse olvidado de proyectos tales como el enésimo plan de rehabilitación del casco antiguo. Lo cual es oponerse por oponerse, pues tal decisión resulta lógica y normal, ya que no están las cosas para tirar más dinero en proyectos que carecen de la menor garantía de resultados eficaces como la experiencia ha demostrado reiteradamente en tiempos pasados.

Más de lo mismo, en fin, de lo de siempre, en el Ayuntamiento, que vuelve a elaborar, haciendo gala de un optimismo hueco y vacío, unos presupuestos que tratan sin conseguirlo de ajustarse a la realidad, igual que ya ocurriera en ejercicios anteriores. Vale recordar que para 2012 se había previsto un superávit de un millón de euros que no se cumplirá. Lo mismo que pasará con los dos millones de 2013.