La OCDE prevé que el PIB español se contraiga un 1,4% el año próximo para crecer un 0,5% en el siguiente. El Fondo Monetario Internacional piensa que la caída del año que viene será del 1,3% y el crecimiento del siguiente, del 1%. Las cifras vigentes de la Comisión Europea son el 1,4% negativo para 2013 y el 0,8% positivo para 2014. ¿Hay que fiarse de dichos cálculos?

La escuela de negocios Esade viene realizando un divertido ejercicio: calcular el grado de desacierto de los pronósticos emitidos por importantes organizaciones. Lo llaman «Diana Esade» y lo presentan de esta manera: como una diana en la que se marcan impactos más o menos alejados del centro, que sería el pleno acierto. Según la Diana Esade, el FMI y la OCDE son de lo menos fiable.

La Diana calcula la desviación promedio de los tres últimos años para cada ola de predicciones (no es lo mismo pronosticar en otoño que en primavera), y la última actualización, para las profecías otoñales, da una desviación de 1,9 puntos para el FMI. Y de 1,93 para la OCDE. Los mayores aciertos de su panel: Intermoney, Funcas y La Caixa. El Gobierno de España está en la zona de los grandes desaciertos, cerca del FMI y de la OCDE. Las instituciones, sean mundiales o locales, parecen tener bastante menos puntería que los servicios de estudios de las entidades financieras. Quizás porque a estas últimas les va el negocio en ello.

Pero cuando pasan cosas gordas, todo el mundo mete la pata. En los años buenos las desviaciones eran mínimas, pero cuando llegaron los años malos, nadie los vio a venir. Las previsiones para el 2008 fueron que el PIB español crecería entre un 2,7% (FMI, OCDE) y un 3,5% (Comisión Europea). En realidad creció solo un 0,9%, lo que marcó la plena entrada de España en la crisis económica. Para el año siguiente, las previsiones oscilaron entre un crecimiento del 1,2% (FMI) y una caída del 0,5% (Funcas). La realidad fue una caída con dimensiones de batacazo: 3,7% y entrada en los infiernos de los que aún no hemos salido.

Cuando íbamos bien todos decían que iríamos bien, y fueron acertando hasta que cambio el ciclo. Ahora que vamos mal nos dicen que el año que viene también iremos mal, y el pronóstico para el otro año ya lo cambiaran cuando esté más cerca, como hacen siempre. De poco nos sirven estas prospectivas en tiempos de curvas planas. Lo realmente útil sería que adelantaran los grandes cambios de tendencia. Ante el año de la gran caída no se enteraron de nada. ¿Quién nos dice que verán a venir el año de la recuperación? El de Predictor de oscilaciones del PIB va a ser un oficio más desprestigiado que el de cocinero de encuestas electorales en Cataluña.