José Luis González Vallvé, exconsejero de Fomento y, posteriormente de Industria, de Castilla y León, yexdirector de la Comisión Europea en España, presentó el martes, en Madrid, Homo Limitatus, un ensayo sobre el verdadero alcance de los conocimientos científicos y sociales, mucho más limitados en realidad de lo que creemos.

El título de la obra va precedido de «10 elevado a menos 26», cuyo resultado sería la cifra para intentar situar al hombre en los diez mil años aproximados de duración de su residencia en el universo como observador inteligente, y la relación de magnitudes espacio-temporales y relativas del propio universo, que podría tener una edad de veinte mil millones de años. Es decir, el hombre, con su conocimiento racional y condicionado por los sistemas sociales y de conducta, abarcaría una infinitésima parte del ámbito total.

Para el autor, la pretensión de calificarnos como Homo sapiens es una inmodestia, porque «son cada vez más frecuentes los descubrimientos científicos que se vienen abajo en poco tiempo». El Museo de la Evolución Humana de Burgos -argumenta- tendría que colocar un cartel de «provisional» en cada una de las tesis que expone, «pues es raro que pase una semana sin anunciar algún nuevo descubrimiento definitivo que anula o altera la tesis anterior».

La obra, editada por Plaza y Valdés, cuestiona igualmente la llamada ciencia política, ya que ningún experto en este campo predijo la caída del Muro de Berlín en 1989 o la de las autocracias en el norte de África en 2011.La crisis financiero-económica actual, «de la que aún no hay ni una explicación pertinente, ni mucho menos un planteamiento coherente para su salida, ha minimizado terriblemente la capacidad de predicción de la llamada ciencia económica», añade González Vallvé.

En la presentación del libro, el Doctor Ingeniero de Caminos, nacido en Zamora, explicó que no pretende poner en solfa el admirable esfuerzo científico de las investigaciones, que sin duda contribuyen al progreso, pero sí considerarlas en su relativa capacidad de conocimiento, porque, en definitiva, la ciencia tiene que servirnos para anticipar y predecir. Como describió su colega de estudios, RamiroAuryn, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, «nos pasa lo que al niño que quiere saberlo todo y arrancar sonidos armoniosos la primera vez que se pone delante de un piano».

Con razón dijo Albert Einstein, cita que leemos al abrir Homo Limitatus que «Lo más incomprensible del universo es que sea comprensible».