Está creando escuela nefasta la actitud sorprendente de Sánchez Gordillo con sus asaltos a supermercados y sus amenazas de hacerlo también con bancos y entidades de préstamos y financieras. La dirección de IU en Andalucía ha alabado los hechos aunque después la opinión privada de los dirigentes no haya sido la misma hasta tal punto que Diego Valderas ha tenido que reconocer que el tal Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, se ha decidido a ir por libre y no representa de ningún modo al partido de IU. ¡Estaría bueno! Esto puede tener muchas y muy variadas lecturas políticas trasladables a otras regiones, si se quiere. No sabemos aquí lo que opinarían sobre estas cosas Guarido y Molina, pero muchos se aventuran a suponerlo cuando ven sus actuaciones en la provincia y capital.

Algún listillo, de esos que tanto abundan en ciertos partidos, ha aplaudido a la abogada sindical que alega algo así como «hurto famélico» porque eso no tendrá prácticamente, por lo jurídico, pena alguna. Claro que, una vez que se conocen los millones de euros que Griñán y Cía. (unos 26 millones de euros de subvenciones) les han concedido a los sindicatos en Andalucía, se explica todo.

Lo mejor del chiste y lo difícil de explicar a un niño cualquiera de estas tierras nuestras es que digan que el producto de lo asaltado no es para ellos, sino para otros más pobres. ¡Anda ya! De sus subvenciones en euros no pueden dar nada, ni una pizca, eso está claro y por eso Sánchez Gordillo elige a otros para que los socorra por las buenas o por las malas. Algún otro, con mala baba razonable en algún punto, dice que a este hombre, alcalde o no, no se le puede considerar «autor intelectual» de nada, como dice cierta prensa andaluza, sobre todo en lo relativo al adjetivo que acompaña a lo de autor.

En un plano técnico simplón, no entra en la cabeza de muchos zamoranos lo de que «delincuentes políticos pillados in fraganti» tengan aforamiento por diputados. Si no saben portarse como debe hacerlo un diputado electo, que pierdan esa condición de aforados en el momento mismo en que cometen acto indigno. Parece lo coherente y ajustado. ¿Qué voces no se oirían si todos nos tomáramos las cosas así y entráramos en cualquier sitio a recoger lo necesario, fuera para nosotros o para otros más necesitados? ¿Robin Hood? ¡Ja!

Y como colofón, ¿dónde están los de la ceja, los de las pestañas, los Bardemes, los Víctores y las Ana Belenes y las FELGTs variadas que existen, cuando denigraron y maltrataron a unas trabajadoras que estaban en sus puestos de trabajo? ¡Ah! ¿que eran muy jóvenes? Claro, claro?. hay cosas que se explican solas?.