Sabemos que los cuentos tienen una función educativa e incluso terapéutica para los niños, que les permite enfrentarse a los miedos de la infancia. Esto explicaría la tradición que se ha mantenido entre generaciones de contar cuentos de miedo a los más pequeños, y también la afición de los niños a escuchar relatos de terror.

Ogros y brujas, madrastras envidiosas, muertos que vuelven de las tumbas a agarrarnos de los pelos, niños que se pierden en el bosque donde sus padres les mandan porque no tienen nada de comer, otros bosques prohibidos con lobos con piel de cordero disfrazados de abuelita? Todos han sido y siguen siendo personajes inolvidables de nuestra infancia que convivieron con nuestros miedos y nos ayudaron a vencerlos cuando, ya de mayores, se hicieron realidad.

En este momento de crisis social, vuelven algunos miedos que parecían superados, y con ellos la necesidad de ponerles nombres y rostros, y sobre todo de vencerlos: paro, desahucio, hipoteca, quiebra, cierre, despido, emigración, marginación, pobreza? Conviven con los nuevos miedos, más sofisticados, misteriosos, desconocidos y por ello más terroríficos: ERE, FMI, BCE, PIB, IVA, EPA, INEM, Troika Comunitaria, Mercados?

Por ello, aunque sin ser conscientes, como las abuelas y madres que han seguido contando cuentos a sus nietos y a sus hijos para ayudarles sin saberlo a superar el miedo, el Ayuntamiento de Zamora ha introducido en el programa cultural del verano las «Noches de Terror en el Castillo».

Así nos lo cuentan.

«La fortaleza zamorana esconde un tenebroso secreto». Permite superar el miedo al Plan de Ajuste de Rosa Valdeón, que vaga como fantasma en la Casa de las Panaderas entre papeles e informes, y se va materializando en los Plenos Negros, en forma de subidas de impuestos a los zamoranos y de desaparición de servicios.

«Aparición de un alma condenada que despertará de su sueño para irrumpir entre los visitantes». Nos prepara para el programa oculto de Rajoy, que se va desgranando viernes negro tras viernes negro a medida que despiertan el despido libre, la subida del IVA, o la misteriosa desaparición de la paga extra de los funcionarios.

«Las tumbas se desentierran». Esto está muy claro, y tiene que ver con el recorte de la sanidad, el copago de los medicamentos y el hachazo previsto a las pensiones. Ya nos vemos con un pie en la tumba, si siguen las políticas del programa oculto de Rajoy. Para colmo de miedos, la ministra se llama Mato. ¡Uhhh!

«La noche en que regresa la maldición del condenado». Condenados por la Europa de Maastricht a reducir el déficit público en plazos angustiosos e imposibles de cumplir, a medida que crece la terrible, por incomprensible para los humanos, prima de riesgo.

«Los vivos corren el riesgo de acabar como espectros erráticos». En las almenas del poder municipal vagan fantasmas de lo que pudo haber sido un gobierno, espectros políticos de una política sin rumbo. Los vivos que aún luchan corren el riesgo de acabar como espectros erráticos si las manifestaciones y huelgas no consiguen erradicar de las torres más altas a los espectros políticos. Fantasmas.

«De la nada surgen criaturas para que su alma sea salvada». El terror a las estadísticas del paro, que crecen y crecen sin que se sepa de dónde vienen, ahora que ya ni siquiera se puede echar la culpa a los inmigrantes. El miedo de los seis millones de parados que tienen que salvar su cuerpo con el trabajo y su dignidad o su alma con lo mismo. Esto sí que da miedo? y pena.

«Algunos no regresarán». No volverán los derechos laborales que nos protegían del paro, ni la indemnización por despido, ni el trabajo para toda la vida de los funcionarios, ni las medicinas gratis para los jubilados, ni la educación y sanidad gratuitas y universales.

El ogro que devora los tiernos derechos ciudadanos; la bruja que urde planes de ajuste y de rescate; la madrastra que ofrece como solución una manzana envenenada para dormirnos; la ley de la selva en que han convertido el mercado laboral; las fuerzas oscuras y sobrenaturales que dominan el mundo y obligan a «hacer lo que no se quiere hacer» hasta a un presidente de Gobierno. El miedo a que vuelva lo peor del pasado, y a una juventud condenada sin futuro.

Para todo esto nos preparan con historias de terror como las del Castillo.

Aunque dan más miedo los telediarios, la señora Fabra aplaudiendo como «hooligan» al condenado a gobernar como un espectro, la otra señora que llama mamandurrias a nuestros derechos. Y la realidad al fin que supera con mucho a la ficción.