Nunca he ocultado mi admiración y mi estima por José Folgado Blanco. Un hombre cabal, un político de raza, una buena persona a la que adorna una inteligencia fuera de lo común. No es de extrañar que siempre alcance puestos de relevancia en los distintos gobiernos del Partido Popular. Siento por él y por su esposa Emilia un respeto imponente y un especial afecto que, lejos de decrecer, aumenta con el paso de los años. Aunque, bien es verdad, echo en falta un poco más de cercanía, aunque sea telefónica. Escucharle es aprender de un hombre que es puro magisterio. Con la particularidad de que Pepe Folgado nunca olvida su origen zamorano de Morales de Rey. Ejerce de zamorano y no pierde tiempo si de hacer un favor se trata. Profesionalmente tengo mucho que agradecerle y no olvido sus desvelos cada vez que he recurrido a su persona para que, a través de una llamada telefónica, me facilitara el acceso a un prohombre del mundo de la economía, en el que el señor Folgado se mueve como pez en el agua, o del deporte o del ámbito que fuera. Gracias públicas, Pepe.

La tercera edición del premio «Pimentel Siglo XXI» que otorga la CEOE-Cepyme de Benavente tiene un justo destinatario: José Folgado. Cuan acertados han estado los representantes de ambas organizaciones que han argumentado magníficamente la concesión del premio, sustentándolo en pilares indiscutibles en la trayectoria del señor Folgado: «es una persona representativa», «siempre ha aportado y apostado por el desarrollo de la comarca» y algo que se me ha quedado muy grabado porque es verdad, todo lo dicho, y mucho más que no se menciona, lo hace «incluso desde la distancia» en una especie de más difícil todavía.

La distancia es como el viento, enciende o apaga. Cuando de relaciones humanas se trata suele apagar, salvo en el caso de José Folgado. Y da igual que sea secretario de Estado, diputado nacional, alcalde de Tres Cantos o presidente de Red Eléctrica de España. El peso de la púrpura no cambia, afortunadamente, al señor Folgado que es también una persona sencilla, cercana y afable. Doy fe de ello. No hay muchos políticos así. La arrogancia es la norma y esa actitud espanta. Casos hay a porrillo a los que puedo ponerle nombres y apellidos sin cortarme un pelo.

Me alegro de que Benavente haga justicia con uno de los mejores adalides de su comarca y premie con tan importante galardón el trabajo bien hecho de un hombre pulcro en sus actuaciones, de un hombre servicial, de un político serio y riguroso, de un hombre honesto, esa es su mejor bandera de gloria, al que la política ha elegido con buen tino, sin que por ello este doctor en Ciencias Económicas y profesor titular de Hacienda Pública y Sistemas Fiscales haya profesionalizado esta condición.

Me gustaría ver más por Zamora a Pepe Folgado. Poder pegar la hebra con él es una delicia de la que no quisiera privarme por más tiempo. Incluso desde la distancia, mi afecto y mi respeto de siempre que tampoco decrecen así que pasen los años. ¡Ah! Y enhorabuena.