Mira, pues hoy no quiero hablar de cuestiones trascendentes, esas que aparecen en las portadas de los periódicos. No tengo intención de criticar a los políticos por sus privilegios (sus sueldos, sus dietas, sus primas, no de riesgo, por cierto) ni al Gobierno, que ya le vale: le crecen las malas hierbas hasta en los eriales tratados con herbicida. De verdad, dejemos al margen los recortes y los ajustes que, seguramente, son imprescindibles y una imposición de Merkel y compañía como peaje por mantenernos en el club selecto de países europeos, pero oye, no se pueden gestionar peor las medidas. La bicefalia económica, las declaraciones esperpénticas de los ministros, sobre todo de Montoro y De Guindos que han puesto a España a los pies de los caballos, afilando los dientes a los mercados. El teatro del absurdo escenificado con motivo de Bankia, sus propios directivos, incluido Rato, esgrimiendo que necesitan menos dinero que el que les ha asignado el Ejecutivo. Los expertos europeos que evalúan la deuda bancaria entre 20.000 y 60.000 millones. Pero, oye, que hay una diferencia de 40.000 millones. ¿Tan difícil es entender los balances?, ¿tanto mienten las entidades bancarias? Ya ven, no puede ser, al final acabo en lo mismo, poniendo a caer de un burro al Gobierno. Y no, que no quiero escribir de despropósitos.

Que lo que yo quiero es hablar del tiempo, que esta semana, ya verán, va a ser tema de portada. Viene una ola de calor que nos va a acabar de achicharrar. Cómo está el campo, de pena. Los manantiales de los pozos de mano se están agotando, los cultivos en fase de desarrollo que no se han podido regar, están agostados: los melonares tienen el fruto como higos chumbos, los girasoles, ya no sirven ni para relajar la mirada. Y las viñas, las uvas, al menos en los terrenos fuertes, en el barro, están como perdigones y lo que otros años era el primer atisbo de envero, este año es pura supervivencia. Como no llueva en las dos próximas semanas, habrá cepas que se sequen.

En dos meses largos ha habido dos pequeños episodios de lluvias. El primero y más importante, en los primeros días de junio y el último, apenas perceptible porque fue muy irregular, hace unos días. A este paso, también nos van a intervenir por falta de humedad. Ven, ya estamos hablando de lo mismo.