La crisis está omnipresente en nuestras vidas. Nada se salva de su demoledor control. Incluso la cesta de la compra empieza a resentirse. Menos mal que hay una parcela de nuestras vidas en la que la crisis no ha hecho mella. Todavía. La crisis no se ha metido en la cama de la mayoría de los españoles. El día que lo haga, apaga y vámonos. El informe Durex es taxativo en este sentido. Tres de cada cuatro españoles no solo está satisfecho con sus relaciones sexuales sino que opina que una buena vida sexual mejora su estado de ánimo. Menos mal. Algo debíamos salvar del hundimiento de este Titanic nuestro de la economía y el bienestar, tan afectados últimamente.

Los resultados de la encuesta que sirve de base al informe revelan una mejora de seis puntos respecto al estudio anterior, fechado en 2006, y sitúan a España en el puesto número 10 a escala mundial, junto a India, Méjico, Tailandia y Turquía. El 72% de los españoles encuestados señala que las relaciones sexuales generan buen humor y mejoran el estado de ánimo. Ni que decir tiene cuál debe ser el consejo a seguir. Sabemos que el sexo depende en buena medida de los factores sociales que la persona esté viviendo. Por lógica, si se está atravesando por un mal momento económico las ganas de tener relaciones y la satisfacción sexual disminuyen. Es de cajón, ¿no?

Hasta ese punto no ha debido llegar la cosa porque hay un grado de aceptación de la situación entre la mayoría ciudadana que ayuda a que el sexo actúe como una válvula de escape, liberando dopamina. Con una particularidad, el sexo satisfactorio mitiga la ansiedad y ayuda al estado anímico. Que no todo sean malas noticias. Que no todo lo que a diario se produce, entre crisis y recortes, nos lleve a perder hasta esas ganas que tan placenteras son. Por favor. Si el 74% de los españoles encuestados se considera satisfecho con su vida sexual, es que la crisis es tangencial tan solo a la líbido. Tenga en cuenta que en algo, es decir, en satisfacción sexual, estamos por encima de la Francia de Sarkozy-Hollande, de la Italia de Monti y del Reino Unido de Cameron. Ya tiene el señor Rajoy de qué presumir cuando visite o sea visitado por estos señores que tanto montan, montan tanto en la economía europea.

Resulta satisfactorio saber que el porcentaje de españoles que declara que sus parejas son buenas proporcionándoles placer sexual es aún mayor, el 80%, que permite situar a España por encima de la media mundial que se cifra en un 75%. ¡Qué bárbaro! Somos los mejores y no lo tenemos asumido. Y sin necesidad de echar mano de la promiscuidad. La estabilidad en las parejas proporciona también placer. Eso sí, el informe revela igualmente que los españoles están introduciendo nuevos elementos en sus relaciones. Hasta ahí puedo escribir. Si usted, amable lector, quiere enterarse de más, le remito al informe citado. Si no fuera por estas y otras cuestiones que pueden parecer baladíes pero que nos distraen de nuestras preocupaciones, todo en nuestra vida sería monotemático y presidido por el binomio crisis-economía. De esta forma, los españoles hemos logrado que la susodicha no entre ni en nuestra alcoba ni en nuestra cama. Por lo menos en ese terreno vamos ganando.