Cuentan las crónicas que el lunes, tras la proclamación de Rajoy como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Acebes alzó la voz: "¿Hay algún candidato alternativo?". Y todas las miradas y las risas por lo bajo se posaron en Gallardón. Mal están gestionando los populares el proceso de apuntalamiento de un líder cuya popularidad se estanca en las encuestas. Primero Fraga, chocheando a destiempo sobre la apertura innecesaria del melón sucesorio; después Gallardón, postulándose de escudero necesario; más tarde los anclados en el 11-M, enristrando la lanza contra un Gallardón sin adarga. Y luego vienen las prisas y el paripé. Rajoy sería, sin duda, un buen presidente; la duda alcanza a que el hombre sea, sin embargo, un buen candidato. Y con esas ayudas...