Es un hecho bien comprobable por la lectura de los cancioneros populares que la presencia documental de las tierras de una provincia en el repertorio recogido y transcrito en un libro es en casos muy concretos fruto de las relaciones personales del recopilador (las amistades que intervienen como mediadoras, las relaciones con los pueblos más próximos al de aquel en que reside quien recoge canciones, la casualidad de estar presente en un momento oportuno e irrepetible, y hasta la buena suerte de dar con una persona que tiene una memoria privilegiada). Pero lo cierto es que si un trabajo de recopilación se lleva a cabo en una forma sistemática y un tanto continuada en un ámbito geográfico concreto, el resultado suele ser una recopilación, si no exhaustiva, sí muy abundante, y sobre todo suficientemente representativa de lo que en esa tierra se ha venido cantando en los últimos cien años, sea repertorio antiguo o reciente.

Este es el caso de la tierra de Sayago, que entre las comarcas de Zamora, ha pasado últimamente a ser la más favorecida, al ser la más trabajada en la recopilación de canciones tradicionales transcritas en música y publicadas en cancioneros. Ya en el «Cancionero de folklore musical zamorano» que yo mismo recopilé durante la década de 1970 y publiqué en 1982 aparece Sayago como una de las tres comarcas que dieron más abundante fruto de canciones: 183 recogidas en 18 pueblos (muy cerca de Aliste, que dio 223 en 17 pueblos, y por encima de Sanabria, en la que pude recoger 128 en otros 19 pueblos).

Pero con ser importante en el conjunto y representativa en el contenido musical, la amplia muestra que recogí en aquel cancionero ya se ha quedado pequeña en número, variedad y representación geográfica, al lado de una publicación que recoge el resultado de la búsqueda insistente de canciones en la memoria colectiva de los sayagueses, durante los últimos veinte años. Me estoy refiriendo como algunos ya supondrán, a la obra que lleva por título «Canciones tradicionales de sayago». El autor de este trabajo inestimable es Juan Antonio Panero, sayagués de nacimiento, Maestro Nacional (y después Profesor de EGB) que ha ejercido toda su carrera de docente en su tierra natal. Este sayagués, también «de profesión», ha recogido lo quedaba en la memoria musical de las personas mayores de su tierra, en la que ha pasado toda su vida, y a la que ha dedicado un amplísimo trabajo de búsqueda que ha quedado plasmado en una serie de valiosas publicaciones históricas y etnográficas, entre las cuales las Canciones tradicionales de Sayago ocupan un lugar destacado.

Los datos de la obra, publicada por Aderisa en 2008, son abrumadores. Panero ha recogido canciones en 30 pueblos de Sayago, en los que le han cantado tonadas tradicionales 174 personas cuya media de edad anda por los 75 años. El libro, en formato 17x24, recoge el texto de 378 canciones (unas cuantas decenas más tuvieron que quedar fuera por necesidades de la edición). Y una antología sonora de 10 CD que lleva anexa el libro recoge y reproduce íntegramente los textos cantados, que se pueden escuchar a la vez que se van leyendo.

Además del interés documental y la amplitud del fondo recogido, esta recopilación tiene un valor y un significado muy singulares. Por una parte, porque representa el último estadio de la tradición en una tierra que fue muy rica en canciones. Pero además, porque Juan Antonio Panero ha recogido, en su estado actual, la tradición íntegra, de la cual forman la mayor porción, por supuesto, las viejas canciones, que de nuevo aparecen aquí, pero al lado de otras que fueron poblando la memoria colectiva durante todo el siglo XX, procedentes de influencias cantoras asimiladas (gentes que alternaron estancia en ámbito rural y urbano, que emigraron y volvieron, ciegos que pasaron cantando coplas, canciones que se aprendieron escuchando gramófonos, gramolas, radios, orquestinas de baile, y «contagio» musical proveniente de todo tipo de gentes viajeras que recorrían los pueblos). El valor añadido de este repertorio cambiante es muy grande, porque atestigua la forma en que la memoria de los cantores «nativos» funciona reteniendo, transformando y recreando todo lo que se aprende. Este fondo ha sido muy a menudo despreciado por recopiladores puristas, que lo consideraron advenedizo, imitativo o foráneo, despreciándolo por creerlo ajeno a la tradición cantora.

Por fortuna (y por empeño de algunos que han captado el valor que tiene esta recopilación), este cancionero de Sayago va a ver la luz en un nuevo formato. Su contenido cancionístico ha sido transcrito en escritura musical por un equipo de estudiosos de la música popular tradicional, dirigido y coordinado por M.ª Dolores Pérez Rivera, que ejerce como catedrática de Etnomusicología en el Conservatorio Superior de Salamanca. La edición y publicación de este nuevo cancionero de Sayago es uno de los proyectos actuales de Aderisa, que habiendo publicado la obra en su primer formato, ha captado la importancia de una nueva edición conteniendo el repertorio transcrito en música. Esta nueva obra permitirá a los estudiosos e investigadores de la tradición musical popular estudiar el contenido de sus páginas y encuadrarlo, con la importancia que tiene en ese contexto, tan rico en tradiciones musicales, que son las tierras de la Raya de Portugal.

Precisamente en ese mismo contexto geográfico y cultural se está trabajando en otras dos publicaciones importantísimas de música popular tradicional. La primera, patrocinada por el Instituto de Estudios Mirobrigenses, es el «Cancionero de Dámaso Ledesma, Segunda Parte», retenido durante un siglo, que se publica ahora provisto de tres estudios introductorios redactados por Pilar Magadán Chao, Francisco Rodilla León y Miguel Manzano Alonso. Su presentación en Ciudad Rodrigo está prevista para el día 19 del presente mes. La segunda, patrocinada por la Cámara de Miranda do Douro, es el «Cancioneiro da terra de Miranda», que recoge un fondo de más de 1.500 documentos, cuya transcripción está actualmente en curso, a cargo del mismo equipo de especialistas del Conservatorio de Salamanca que se ha ocupado del de Sayago.

Las tierras de las riberas del Duero-Douro están de actualidad. Sus canciones centenarias van pasando a las páginas de los cancioneros y ya no se perderán para siempre, porque podrá cantarlas cualquiera que sepa leer música, aunque desaparezcan de la memoria de la gente.