No es la primera vez que vemos al monarca saliendo de una clínica con muletas, lo que nunca habíamos visto hasta ahora, puesto que la tecnología, la ciencia y los tiempos adelantan que es una barbaridad, es al rey motorizado sobre unas muletas que tienen de peculiar claxon y luces. Será para hacerse oír cuando vuelva a Zarzuela y no tropezarse con nadie. Nunca pudo imaginar don Juan Carlos el eco que tendrían aquellas palabras suyas: «Tienen claxon y todo» con las que bromeó a la salida de la clínica donde fue operado de la rodilla. Porque menos de una semana después, las susodichas están agotadas.

Es lo que tiene el personal, que todo lo copia. Ocurre igual con los vestidos de novia de princesas y celebritys. Ahora está de moda el traje de novia de la princesa Catalina y todas las novias en el Reino Unido se casan con un vestido igual o parecido. En el Reino Unido y en el resto del mundo, sobre todo en los países asiáticos. Lo mismito está ocurriendo con las muletas motorizadas de don Juan Carlos que se han vendido como rosquillas. La tienda especializada en ortopedia que las vende en exclusiva en Madrid, muy cercana al hospital donde fue intervenido don Juan Carlos, ha hecho el negocio del siglo y lo que le queda, porque todo el remanente de muletas con claxon y luz que tenía se han agotado.

Eso sí, quien quiera emular al rey no tiene más que pedirlas. Se sirven en el plazo de quince días. Total nada. Cualquiera que sospeche que las va a necesitar por esguince, rotura o por esnobismo, las puede encargar ya y en quince días a presumir por Santa Clara de muletas reales. Que nadie piense que el Sacyl va a tener el detalle que tuvo el hospital donde fue intervenido el monarca. Tenga en cuenta el lector que el modelo cuesta 60 eurazos, 120 euros las dos, frente a los quince de una muleta normalita. Pero es que el rey es el rey había que tener un detalle, también por la publicidad que les ha hecho, que no ha sido poca. Publicidad a la clínica y publicidad a la ortopedia porque don Juan Carlos ha hecho un estreno nacional.

Más allá del claxon y de la luz, que no dejan de ser una anécdota, las muletas tienen otros convenientes ideales para los que deben sufrirlas durante más tiempo, ya que lo más importante de este modelo es que dispone de una empuñadura anatómica bien acolchada, que es muy cómoda para los pacientes de larga duración. Vamos que se trata de una cachaba la mar de cómoda para el menester al que está dedicada. Lo del «pito» y la luz es al fin y al cabo una bobada que es, precisamente, lo que ha empujado al personal a comprarla hasta dejarla agotada. Y luego dicen que no hay dinero. Y luego dicen que estamos en crisis. No todo el mundo tiene sesenta euros, 120 si se trata de las dos muletas, para fardar con unas muletas que tienen la fecha de caducidad que tenga el problema físico de que se trate.

Don Juan Carlos, más que la pera, es la repera, además de Jefe del Estado español ha resultado ser un magnífico comercial. Ha posado con las originales muletas que todos sabemos y le ha vendido a la ortopedia que las comercializa todo el estocaje.