En todo caso, remitiría a hoyo, escondrijo, madriguera hecha por los hombres. La mención al «silo nuclear» de Zarra es perversa, pues asocia el almacén de residuos a los silos de los misiles, y en toda la reacción popular alienta un temor supersticioso, irracional, prelógico, pero todo eso no es más que fruto del buen instinto de la gente. Si lo supersticioso, como lo sobrenatural, está por encima del estado normal de las cosas, ¿no sería justo aplicarlo a todo lo nuclear, con su inimaginable poder de destrucción, y a sus residuos de alta actividad, de letales efectos durante milenios? De este modo la reacción supersticiosa, el temor a aquello cuya dimensión nos desborda, y que nos cuesta abarcar con la mente, se ajusta bien a su objeto: el robo del fuego de los dioses, y el entierro de sus heces radiactivas.