Parece que, por fin, el PSOE está dispuesto a hincarle el diente a la Ley de Aguas de 1985, mil veces retocada y mil veces atrancada. Esta propuesta, que respira aires finiseculares, seguramente se queda en pura intención porque una gota no es río si no hay cauce; o lo que es lo mismo: una propuesta política no es nada si no hay gobierno, y no se ve Moncloa socialista alguna más allá de la primavera de 2012.

Pero bueno, vamos a dar crédito y recorrido a la propuesta del secretario de Medio Ambiente del PSOE, Hugo Morán, expuesta ayer en El País; contradictoria porque plantea la creación de un ente nacional de coordinación de la gestión de los ríos, cuando el PSOE lo que ha hecho en los últimos años es transferir competencias en la materia a las comunidades autónomas (a todas menos a Castilla y León por cierto), y singular porque apunta cuestiones de gran interés. Voy con alguna de estas últimas y, desde luego, no me voy a meter en el asunto de los trasvases.

Nunca es tarde y ahora sí parece que el PSOE quiere agarrar sin miedo una cuestión puntiaguda, la de la utilización energética del recurso hidráulico. Hasta ahora, las eléctricas explotan el agua por la jeró, o casi, y eso tiene que terminarse. Eso cree el PSOE y eso indica el sentido común, otra cosa es lo que se pueda hacer, que ya sabemos el poder que tienen algunas compañías.

El agua es un bien público, propiedad del común desde los visigodos, que ya ha llovido. Así se estableció en el Fuero Juzgo y así sigue siendo ahora. No puede ser de otra manera porque si el agua se pusiera a la venta pasaría a manos de cuatro multinacionales que especularían con ella más que con el petróleo.

Teniendo en cuenta lo anterior, lógico parece pensar que quien explote el agua y obtenga de ella algún beneficio, pague al común lo que corresponda, algo que no se ha hecho hasta ahora, o apenas se ha hecho.

Zamora es tierra de asiento, de agua descarriada. Tenemos más ríos que empresas, un mar de arroyos... Pues, a pesar de eso, ni fu ni fa. El beneficio hidroeléctrico del agua se va a otras tierras (hasta el IVA del consumo se paga a otras comunidades autónomas). Y aquí no vale argumentar que las compañías son de los accionistas y que esta cualidad la puede tener cualquiera, que tenga dinero, claro.

¡A ver si algún día esta tierra saca algún beneficio de sus ríos y no sólo inundaciones!