Entiendo y comparto la preocupación de organizaciones como Unicef por llevar ese derecho esencial para el desarrollo de los individuos y de la sociedad, pieza clave para asegurar un futuro sostenible en los países en desarrollo, a las mujeres y sobre todo las niñas de esos países. No en vano la educación es una forma de libertad y de independencia para un sexo, el femenino, que en un buen número de países no cuenta y en los que las niñas no tienen derecho a ser escolarizadas.

El Día Internacional de la Alfabetización pasó prácticamente desapercibido. Y eso que España no es ajena a ciertos índices sonrojantes en los que ni siquiera el Ministerio de Igualdad ha reparado. Vaya por delante un titular: «Siete de cada diez analfabetos que viven en España son mujeres». En nuestro país viven un total de 868.000 personas mayores de 15 años que son analfabetas, 588.800 de las cuales son mujeres. El dato es de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2010.

El analfabetismo no es ninguna tontería, muy por el contrario es uno de los mayores males que afectan a la población mundial. Ser analfabeto es como estar sordo, ciego y mudo a la vez. El analfabetismo cierra a cal y canto las puertas del progreso a quienes sufren este problema. El pasado día 8 fue el día designado como propicio para reflexionar al respecto y afianzar la búsqueda de soluciones. Sin embargo todo quedó en una noticia que pasó sin pena ni gloria. Había que hablar de política, de huelga general, de Eta, pero no de analfabetismo, y eso que sí tocaba.

Hay quien se dirá que el problema en España es mínimo y que debe tratarse de gente muy mayor, como si se debiera arrinconar a los mayores, como si los mayores no contarán. Es verdad que de esos ochocientos y pico mil analfabetos, cuatrocientos y pico mil tienen 70 o más años. Pero no es menos cierto que todavía hay cerca de quince mil que tienen entre 20 y 24 años y cinco mil de entre 16 y 19 años. Y que nadie piense única y exclusivamente en población inmigrante, también hay muchos españoles. Hombre, en España la escolarización es obligatoria hasta los 16 años, pero todavía hay sectores de la población que se escapan al ojo controlador de la autoridad competente.

La alfabetización es un derecho humano fundamental y una necesidad básica de aprendizaje. Como a la mayoría no nos afecta no le damos la importancia debida. Pero también en materia de educación hay que ser solidarios. Sobre todo porque tanto la educación de adultos que persigue alfabetizar, como la de la infancia es una llave de la cual la humanidad no puede prescindir cuando el siglo XXI avanza. Reflexionemos sobre todo ello.